Irene, Anaïs y Yasmina son tres amigas de Girona que han decidido pasar una semana de sus vacaciones en Eivissa. Es la primera vez que visitan la isla, pero tenían claro que querían celeberar una fiesta en un catamarán: «Unas amigas que ya habían estado aquí nos lo recomendaron porque era muy original y decidimos apuntarnos», explica Irene.


Un caso parecido es el de Aleix, Jaime, Adri y Chechu, de Barcelona, que llegaron «enterados por amigos de que se celebraban fiestas en barcos y nos dijeron que había barra libre y mujeres, por lo que no dudamos».
El perfil mayoritario de los interesados en disfrutar de una fiesta en alta mar es el de jóvenes españoles que o bien se encuentran ya de vacaciones en la isla y descubren la oportunidad de este viaje, o bien ya llegaron con las ideas claras.


Pero las celebraciones en barco atraen también a gente de muy lejanos lugares, como por ejemplo Regina, de EEUU. «Vine a Eivissa de vacaciones porque había oído hablar mucho de ella y pensé que al apuntarme al barco lo pasaría muy bien y podría ver la silueta de la isla desde el mar». O Johanna, que reside en Nueva York pero que vino a visitar a unos amigos madrileños con los que ha planeado «un verano en Eivissa». «Entonces nos enteramos de la fiesta y nos pareció una gran idea para poder llegar hasta Formentera», añadieron.


Tendencia
Las fiestas en los barcos están de moda. Eso considera Emanuela, la responsable principal del Magic Boat, un catamarán protagonista de casi seis horas de diversión en las aguas que separan Eivissa y Formentera.
«La idea de surgió cuando, con unos amigos, pensamos que sería muy bonito y divertido poder celebrar fiestas a bordo de un velero, en alta mar», explica Emanuela. «Al principio empezamos con fiestas íntimas y poco a poco fuimos vendiendo entradas ,hasta ahora», añade la encargada. Desde entonces han pasado ya ocho años y la 'Magic Boat Party' cada vez tiene más éxito.


El Magic Boat sale tres veces por semana (miércoles, viernes y sábados)de Marina Botafoch a las 15:30 de la tarde y se dirige a ses Illetes, previa parada en ses Figueretes. Es el momento en que los pasajeros que lo deseen pueden darse una vuelta en una moto acuática, pilotada por un miembro de la organización del evento, o simplemente darse un baño. Entonces se continúa hasta la isla vecina, donde se fondea y se sirve, a bordo del catamarán, una cena canaria que consiste en pollo, papas arrugadas con mojo picón y ensalada.


Durante todo el viaje, un DJ se encarga de que la música no deje de sonar para que los viajeros pueden gozar de la barra libre del barco al ritmo de los mejores éxitos del momento.


Sin duda, este tipo de celebraciones son la novedad del momento y son muchas las empresas que ya ofrecen fiestas en alta mar con condiciones similares.