Imagen de una discoteca ibicenca en verano. | ESTEVE FRANQUESA

A partir del 7 de noviembre los locales de ocio nocturno y de espectáculos de Eivissa que tengan un aforo de más de 250 personas deberán contar con uno o varios controladores ambientales. Así lo especifica un nuevo decreto del Govern que en breve será adaptado por el Consell d'Eivissa y que obligará a estos negocios a tener una o varias personas formadas específicamente con un curso de 40 horas, sobre el cual deberán pasar un examen.

«En el curso se les darán nociones de la Constitución española, conocimientos psicológicos en control de situaciones límite, herramientas para negociar en situación de conflicto y control de los momentos de pánico, por ejemplo ante un incendio», explicó el conseller insular de Treball, Indústria, Comerç i Noves Tecnologies, Vicent Roig, quien explicó que, en definitiva, esta nueva figura debe «conocer bien los derechos y deberes de un cliente y del personal del local nocturno».

Problemas

Este tipo de trabajador ya existe en lugares como Barcelona, Madrid o Valencia, donde se instituyó a raíz de problemas importantes que hubo con porteros de discotecas, con muertes incluidas. «Lo que se intenta es profesionalizar y dar un toque de calidad a los controles de accesos y controles internos de las discotecas», añadió Roig, que indicó que este controlador ambiental deberá tener un carnet que le acredite como tal, y puede ser o un portero o un relaciones públicas.

«Se trata de formar a estas personas en temas de control de aforos, de sistemas de evacuación, contra incendio y de seguridad personal en cuanto a control de responsabilidades civiles», explicó el conseller, que indicó que el verano que viene esta figura ya será obligatoria en todos los locales de ocio que tengan aforo de más de 250 personas. El Consell será el encargado de regular e inspeccionar si se cumple. «El Govern ha hecho una norma marca, pero cada Consell hemos aportado nuestra parte para refinarla hacia las necesidades que tenemos como isla y que se publicará como máximo en dos semanas», remarcó Roig.

A partir de un aforo de 250 personas el local necesitará un controlador ambiental. Si sobrepasa los 500 tendrá que tener dos y con 1.000 tendrán que ser tres. A partir de ahí se sumará otro controlador ambiental por cada 500.

El conseller destacó que esta figura tiene mucha relevancia en Eivissa, donde el ocio nocturno en verano es una «actividad muy importante». «Es una persona que aportará calidad, que acompañará a los minusválidos, por ejemplo, y que no solo estará en la puerta, sino también controlando el interior del local», añadió el conseller, que remarcó que ya han mantenido una reunión con todos los técnicos y regidores de los ayuntamientos del área de actividades, a los que se les ha explicado el contenido del decreto.

La Conselleria de Comerç i Indústria deberá reducir subvenciones

El conseller de Treball, Indústria, Comerç i Noves Tecnologies explicó que su conselleria también tendrá que reducir subvenciones porque no ha encontrado demasiado dinero. «No voy a llorar como todos, pero realmente navegamos sobre un hilo muy fino donde se han dado subvenciones a artesanos y hemos colaborado en ferias, algo que se tendrá que reducir», indicó Roig, que remarcó que la situación económica de su conselleria «va en línea» de la del resto del Consell.