Raúl Moya reside en Eivissa en pleno 2011 pero por sus cualidades artísticas bien podría ser considerado un hombre del Renacimiento. No en vano este joven natural de Huesca derrocha creatividad por todos los poros de su piel manejándose igual de bien con los pinceles que con el acordeón.

Raúl llego a la Isla en 2006 tras estudiar Bellas Artes en Valencia animado por unos amigos, y tras pasar cuatro temporadas de verano decidió quedarse. Tras trabajar intensamente en la actualidad se ha asentado en Eivissa y su campo creativo es muy amplio porque al tiempo que hace caricaturas en el Passeig de ses Fonts de Sant Antoni también está preparando una exposición para octubre sobre músicos del jazz de un realismo asombroso.

Asegura que hace caricaturas porque «siempre fui el típico que dibujaba a los profesores en el instituto y porque el reírte de uno mismo es una gran terapia, ya que más que sacar los desperfectos de la gente exagero sus virtudes».

Pero Raúl no sólo hace «chistes en forma de dibujo» ya que su habilidad con los pinceles le lleva mucho más allá, como demuestra la exposición que llevó a cabo en Eivissa bajo el título de ´Namasté. Memorias de un viaje´ en la que a través de once cuadros de dos metros por metro y medio reflejó a través de su pintura hiperrealista su viaje a India y Nepal realizado hace algunos años.

Raúl y su acordeón

Además, este artista compagina su pintura con su amor por el acordeón. Asegura que «ya lo tocaba desde pequeño aunque desde hace dos años tengo la oportunidad de hacerlo en la banda de música folk The Moonshine Band compuesta por el irlandés Son, el norteamericano Denis e Isabelle, que es de Zimbabwe pero de ascendencia irlandesa».

En este sentido asegura que «desde que comenzamos la conexión fue total y nos lo pasamos genial haciendo versiones de The Chieftains, Celtas Cortos o Bruce Springsteen».

Por ello, Raúl asegura que «tengo la fortuna de ser feliz y vivir de lo que me gusta, compensándome todo esto los momentos duros que también me ha tocado vivir».