Un Sant Bartomeu de lo más infantil

Y viendo las caras de los niños y la presencia de cerca de medio centenar de ellos la iniciativa volvió a ser todo un éxito.

No en vano durante cerca de hora y media y organizado un año más de forma desinteresada por los miembros del Club de Petanca Portmany no faltó de nada con el objetivo de que los niños de todas las edades pasaran un buen rato de diversión.

Así hubo tiempo para disfrutar con juegos para todos los gustos y colores, pero todos bastante tradicionales.

Así en grupos de a ocho fueron compitiendo sanamente con la sonrisa como objetivo en juegos tan típicos como el de las sillas, en el que el sonido de la música se sustituyó con el sonido del silbato, o las siempre divertidas carreras de sacos.

También hubo momentos de cierta tensión y nervios como cuándo se tenían que pasar entre ellos un pequeño y escurridizo globo de agua sin que se fuera al suelo o se explotara, o momentos de intriga al tener que reventar las ollas llenas de regalos desorientados y con los ojos vendados.