De un tiempo a esta parte no hay foto de la playa de s'Arenal de Sant Antoni en la que no aparezca un invitado no deseado. Es el barco Key West, varado en la arena desde hace ya casi dos años.

Se trata de un yate de alta gama, de 22 metros de eslora, de fabricación italiana y de matrícula de Roma que tras una tormenta fue a parar a la orilla de esta zona de sa Punta des Molí junto al pesquero Drass.

Este último ya fue desguazado en marzo de este año pero el yate precintado por orden de un juzgado de Gavá y otro de Nápoles por estar vinculado con una operación contra el narcotráfico sigue ahí.

Algo que provoca la indignación de los vecinos que acuden a la playa. Por ejemplo para Joan, que todas las mañanas pasea por la orilla, «es una auténtica vergüenza que el barco siga ahí contaminando el agua y poniendo en riesgo a los bañistas». Mientras Dani, acostumbrado a navegar por su barco por la bahía de Portmany, asegura que «la estampa es más propia de países del Tercer Mundo».

Versión del ayuntamiento

Por su parte el Ayuntamiento de Sant Antoni, en boca de la concejala de Limpieza y Medio Ambiente, Lidia Prats, asegura que ellos son los más interesados en quitar el barco de la zona «porque conocemos el peligro medioambiental que eso supone con un informe de un ingeniero naval oceánico».

Sin embargo parece que no es una tarea nada fácil. Según Prats, «nos hemos puesto en contacto con el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Gavá, que son los que llevan este caso, para ver si nos autorizan a desguazarlo como ya pasó con el pesquero Drass y de cuyos costes se haría cargo la Demarcación de Costas en Balears».

Y es que según la concejala «este juzgado ya ha dado su visto bueno a mover el Key West desde la playa a un embarcadero». Sin embargo, según Prats, «esta operación no resolvería el problema y además tiene un coste muy elevado que ahora mismo no puede hacer frente el Ayuntamiento de Sant Antoni».

Por todo ello, parece que la permanencia de este yate en la playa de s'Arenal va para largo, puesto que de momento, según la concejala, «el juzgado catalán no ha dado su autorización para proceder al desguace y aún no sabemos cuando se va a pronunciar».

Los turistas se suben

Mientras tanto, ajenos a todo ello, los muchos turistas que pueblan Sant Antoni en verano se siguen bañando en la playa de s'Arenal muy cerca del barco con sus colchonetas hinchables, e incluso, con sus hijos pequeños.
Incluso bastantes de ellos, la mayoría de nacionalidad británica, desafiando a la vigilancia constante que ejercen los socirristas, suben a bordo a plena luz del día y descalzos a explorar su interior con el consiguiente riesgo a cortarse con los muchos hierros y cristales que llenan la cubierta.

Y es que ya no queda nada en el Key West que recuerde su pasado glorioso y de glamour. Su cubierta y su interior se han convertido en un gigantesco mural donde los grafiteros han campado a sus anchas, y por dentro, por llevarse se han llevado prácticamente hasta los escombros.

Así, por ejemplo, de lo que en un tiempo fue un puente de mandos de primer nivel se ha extraído hasta el último de los cables para revenderlos, de los camarotes no queda ni rastro de las camas ni de los armarios e incluso parte de las paredes han sido arrancadas, la cocina está totalmente destrozada, y de la parte superior se han llevado hasta las partes de madera que adornaban el timón. Además también hay rastros de comida por todos lados como cajas de pizzas, cervezas o una sorprendente cantidad de pipas peladas en la cocina, periódicos ingleses del año pasado, y multitud de guías y publicidades de discotecas en todos los idiomas imaginables. Y eso por no hablar de los bichos...