Imagen de archivo de un ancla sobre una pradera de posidonia, este verano.

Esta misma semana, el grupo ecologista GEN formalizaba una denuncia por delito ambiental contra el yate de lujo 'Turama' por los «gravísimos daños» que ocasionó a la pradera de posidonia. Según informaron los ecologistas en un comunicado, la denuncia se extiende en la modalidad de delito por omisión, a la Conselleria d'Agricultura, Medi Ambient i Territori del Govern balear.
La asociación dirigió la denuncia a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justícia de Balears (TSJIB). «Por sus características, resulta imposible que pueda anclar en la costa del Parc Natural de ses Salines sin ocasionar daños», aseguraron desde el GEN.
Los graves daños del ancla sobre la posidonia han despertado críticas en todos los medios de comunicación nacionales que se han ocupado de informar sobre el asunto.
Las críticas también le llueven al yate 'Turama' y a todos los que fondean sin cuidado de dañar la posidonia desde los ciudadanos de a pie de Eivissa. Todas las personas encuestadas están a favor de que desde las instituciones se protejan los fondos marinos y que para ello la legislación sea clara.
Las personas encuestadas por este periódico incidieron en varios aspectos de la cuestión. Uno de ellos, que los fondos marinos son parte del patrimonio de estas Islas que hay que «proteger y mantener», como indicó Paco Pineda.
En otro sentido, Núria Riudavets señaló que es necesario un mayor control desde las administraciones sobre lo que ocurre en los fondos marinos de las Pitiüses, pues considera que en Eivissa hay mucho menos control del que puede haber en Menorca y, en principio, «los recursos deben de ser los mismos».
Guillem Brull incidió sobre que, históricamente, las instituciones han priorizado que el turismo pueda hacer lo que quiera para llegar a cualquier cala, con el fin de que esté contento, venga y todo ello suponga una cierta riqueza para el lugar. Algo que, a sus ojos, debería cambiar en pro de proteger los parajes de las Islas.