«Ahora mismo no hay proyecto, ni presupuesto, ni dinero para hacer el nuevo instituto de Santa Eulària y el Institut d'Infraestructures Educatius i Culturals (Ibisec) debe trabajar mucho para conseguir los ocho millones necesarios para el centro porque no están previstos y eso lleva un proceso». Con estas palabras se dirigió a la prensa la recién nombrada delegada de Educació de Eivissa, Belén Torres, esta semana con el fin de informar sobre la situación del instituto.
El coste aproximado de licitación del nuevo instituto de Santa Eulària, tal y como indicó Torres, es de 8,8 millones de euros y se prevé que cuente con 17 unidades de ESO y cuatro de bachillerato.
En el encuentro con los medios, Torres valoró positivamente la predisposición del alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, «que está por la labor de hacerlo», dijo, pero indicó que aunque esta infrestructura es «una prioridad», su construcción conlleva «un proceso».
Por su parte, Vicent Marí, anunciaba que este mes se iniciarán los trabajos de urbanización del solar para el instituto, a fin de dotarlo de saneamiento, viales y alumbrado por un coste de 120.000 euros que serán financiados a través del Plan Insular de Obras y Servicios (PIOS).
Marí reiteró, además, su ofrecimiento para buscar la financiación a través del sistema de cesión de crédito para construir el instituto.
En Santa Eulària, las personas encuestadas por este periódico mostraron su malestar ante la demora en la construcción del centro. Los padres cuestionados aseguraron no entender cómo no existe una previsión de gasto para la construcción del centro mientras son cada vez más los alumnos que tiene que asumir el desbordado IES des Xarc.
Carmen Pelegrín explicó que cada vez las aulas tienen que alojar a más chavales, que en algunos casos se superan los 40 alumnos por aula y que eso, además de una incomodidad, recae en la caída de la calidad educativa.
Francisco Escribano se cuestionaba por qué pasan estas cosas en un municipio rico, «como se supone que es Santa Eulària».