En los últimos días se ha generado una gran polémica debido a la subida del Impuesto sobre los Bienes Inmuebles (IBI) por parte del Ayuntamiento de Santa Eulària. La revisión del catastro ha provocado que el valor medio de las propiedades aumente de 46.420 a 120.259 euros, lo que ha hecho que los impuestos que deben pagar los propietarios también se incrementen, ya que el IBI se calcula en base al catastro.

El problema es que muchos de los que han visto aumentados sus impuestos este año no saben que tendrán un incremento similar cada año durante los próximos diez, ya que la ley prevé que la aplicación se divida en diez tramos (un 10% anual más) para que el impacto no sea tan fuerte.

De esta forma, el recibo medio del IBI pasa de 200 a 600 euros en diez años. Es decir, si se realiza la simulación sobre una propiedad valorada en 120.000 euros (valor medio catastral del municipio), un piso que en 2010 pagó 236 euros, ahora en 2011 pagará 30 euros más, pero dentro de 10 años su factura del IBI será de 600 euros.

Hasta el año pasado el Ayuntamiento aplicaba un diferencial de un 0,51 y este año para intentar paliar los efectos de la revisión se ha bajado a un 0,50. Por ley, se puede aplicar desde un 0,4 hasta un 1,1. Según explicó un portavoz del Ayuntamiento, de cara a 2012 se estudiará si se puede reducir más este diferencial pese a que ya es bastante bajo.

«Visto el problema que se ha generado vamos a ver si se puede hacer algo más para amortiguarlo, porque no solo hay que mirar lo que incide en las cuentas de los ciudadanos, sino la merma de recaudación que supondría; hay que jugar con ambas cosas porque si luego no tienes dinero para inversiones y amortizar deuda... hay que buscar un punto de equilibrio», indicaron las mismas fuentes, que remarcaron que aunque en un principio cuantificaban en un millón el aumento de ingresos por esta revisión catastral, alrededor de un 12% más que el año pasado, finalmente seguramente sea menos porque muchos ciudadanos están denunciando errores del catastro a los que quizás se les dé la razón y porque puede haber aumento de impagos por el aumento del impuesto.

Porque esta es otra cuestión, y es que ha habido numerosos errores de valoración por parte del catastro que han provocado situaciones tan complicadas como las de los invernaderos. Este es el caso más brutal que se ha dado, porque a algunos agricultores les han llegado facturas del IBI de miles de euros que no saben cómo afrontar. El Ayuntamiento decidió en el último pleno suspender el cobro del IBI a los invernaderos mientras no se resuelvan las alegaciones. Más adelante, cuando esté ya todo claro, se les cobrará el impuesto.

Algunos explican que en algunos casos estos invernaderos no estaban de alta, por lo que ahora el palo es doble. Según detallan desde el Ayuntamiento, están en conversaciones con el catastro y si no dan fruto dirigirán una queja al Ministerio de Hacienda para que cambien la interpretación que se hace para computar los invernaderos.

El problema, según el Ayuntamiento, es que el catastro no se revisaba desde hace 15 años, con lo que hay propietarios a los que les ha subido mucho porque han hecho reformas o piscinas que ahora sí computan, además del aumento del valor del suelo.

Cuentan los metros del vecino o los corrales

En algunos casos el incremento de valor se da por ampliaciones o piscinas, pero en otros sí que se han detectado errores. Por ejemplo se han dado casos en los que a un propietario se le han contado los metros del terreno del vecino.

También hay ciudadanos que explican que tenían corrales desde hace años y ahora los han dado de alta, pero el catastro los ha computado como una nueva ampliación de la casa, con lo que han pasado a pagar más de los corrales que de la casa, porque los valoran como construcción nueva.

Hay quien asegura también que ha presentado alegaciones en tiempo y forma y el Ayuntamiento se las ha aceptado pero luego no lo han reflejado en el IBI. A algunos propietarios el valor catastral se les ha multiplicado por cinco.