«Ya no podíamos aguantar más esta situación, los bancos no nos daban más crédito y lo que no queríamos era no poder hacer frente a los despidos de los empleados de la asociación». De este modo resumía ayer la presidenta de la asociación Defensores de la Salud Mental de Eivissa y Formentera (Deforsam), María Furnier, la situación que le he llevado a tomar la decisión de despedir a la totalidad de la plantilla.
«Llevábamos muchos meses esperando que las distintas instituciones (Govern, Consell y Ayuntamiento de Eivissa) hicieran frente a subvenciones aprobadas» que, en el caso de Deforsam y según Furnier, ascendían a 80.000 euros.
En concreto, Furnier informó de que habitualmente a principios de año comienzan a cobrar distintas partidas con las que van haciendo frente a los pagos de empleados y demás gastos de la agrupación de enfermos mentales, pero este año esas cuantías no han llegado. Por ello tuvieron que ir solicitando préstamos a la entidad bancaria con la que trabajan por un volumen total de 38.000 euros, pero, según la presidenta de Deforsam, la entidad ha puesto límite a esta situación.
Por ese motivo, Furnier tomó la decisión, el pasado 30 de agosto, de despedir a dos de sus empleados, una auxiliar administrativa que realizaba sus funciones a media jornada y una psicóloga que también trajaba para Deforsam a media jornada.
Hace unos días, con fecha 30 de septiembre, se hizo efectivo el despido de otros dos de sus trabajadores, dos técnicos que, según la presidenta, «llevaban el peso de la asociación, pues se encargaban de dirigir los talleres, realizar tareas administrativas e incluso buscar las subvenciones de las que se nutría Deforsam».

Una nueva etapa para Deforsam

La nueva coyuntura económica que reina en la asociación ha dejado a Deforsam en una situación muy diferente a la de los últimos años, en los que la agrupación se hizo famosa por sus conocidos talleres. El más destacado, el denominado Radio Coliflor, con el que los usuarios, acompañados de algún técnico, realizaban una colaboración semanal en la emisora de radio Onda Cero, además de varias radionovelas.
A partir de ahora, según indicó Furnier, serán los voluntarios los que decidan qué actividades se llevan a cabo.