Tengo que confesar que después de más de seis años dedicándome a esto, ayer fue mi primera vez. Esa primera vez que todo el mundo dice que recordarás con especial cariño. Que queda en tu memoria para siempre. Que lo aguardas como un momento especial para toda la vida. Pues no señores ni una cosa ni la otra. Ni con cariño e, incluso, creo que tampoco permanecerá en mi mente o en mis entrañas pasado mucho el tiempo. De hecho, estoy convencida que en unas horas se me olvidaran los escasos diez minutos de paripé electoral que tuvo lugar ayer en Vara de Rey.
Y en esta isla, como somos de tradiciones, pues eso. A seguirlas al pie del cañón. El ritual no empezó hasta pasada la medianoche y, a pesar de estar en el siglo XXI donde las redes sociales dominan el día a día y la tecnología es lo más, pues en esta noche todo lo que sea avance desaparece. Y ahí se presentaron los candidatos, con amplias comitivas de ‘colegas', escoba en una mano y cubo de cola en la otra. Toda una imagen esperpéntica, y en algún momento hasta ridícula, para la época en la que estamos.
El arranque de la campaña en Vara de Rey la inauguraron los populares con una puntualidad más que británica. Un cuarto de hora antes de lo establecido para coger sus puestos de salida. Los últimos, los socialistas con pegatinas de ‘pelea por lo que quieres', llegando pocos minutos antes de las doce y con una parsimonia exagerada. Los de ERC, por su parte, a pesar de contar con una comitiva menos amplia que el resto de formaciones, entraron a la plaza mostrando sus banderas cuatribarradas.
Una vez sobre el escenario, todos los protagonistas de la noche se besaron, abrazaron y saludaron. Se prestaron a hacerse la foto conjunta y se pusieron manos a la obra. Cada uno en su lugar.
Incluso, el ‘buenrollismo' llegó a tal nivel que Enrique Fajarnés inició una conversación con los candidatos socialistas, Sofía Hernanz y Albert Marí, sobre la imagen final de los carteles, bajo la atenta mirada del cuarto en discordia, José Sala.
La lluvia, por su parte, aguantó unos minutos acechando el inicio del ritual. Y ahí estuvo. Gota a gota. Lo que provocó que los candidatos desaparecieran de forma rápida y rauda. De hecho, los de EU no aguardaron ni a hablar con los medios y desaparecieron bajo la noche mojada de Vila.
Pues eso, que la primera vez tampoco es para tanto. Visto y no visto. Y para recordar, lo mínimo.