La actual presidenta de Anade, la ibicenca Cristina Marí, minutos antes de la entrevista. | Marco Torres

Directora del puerto Marina Botafoch desde hace 20 años, la ibicenca Cristina Marí afronta con ilusión y respeto la dirección de la Asociación de Instalaciones Náutico Deportivas de Balears (Anade). Entre sus objetivos al frente de Anade se encuentra, además de representar y luchar por los intereses de todos los asociados, modificar algunos aspectos de la Ley de Puertos de Balears y crear un único marco jurídico, además de retomar una de las reivindicaciones que ella siempre ha defendido: la creación de más amarres en las Pitiüses.

-¿Qué opina de la reactivación de los cuatro proyectos de puertos deportivos en es Viver, ses variades, Port des Torrent y Punta Xinxó?

-Desde nuestra asociación siempre habíamos reivindicado que hacían falta más instalaciones, sin que eso signifique que haya que hacer puertos en cada rincón de la costa. Primero por competitividad y, segundo, porque queremos preservar el medio natural. No debemos olvidar que nuestros clientes vienen porque tenemos unas costas bien conservadas. En zonas ya urbanizadas, como sería donde están proyectos como es Viver, que está urbanizado hasta la mismísima primera línea de costa, sería viable construir un puerto deportivo porque dentro del proyecto se puede incluir el mantenimiento de la playa y el paseo marítimo, por ejemplo. Supondría una mejora del núcleo de es Viver. Un puerto deportivo es una agresión al medio ambiente, pero hay medios técnicos para hacer que ese impacto sea menor. Sé que hay opiniones críticas en la asociación de vecinos, pero es porque no tienen toda la información.

-¿Entonces de estos cuatro puertos es necesario el de Es Viver y cuál más?

-A el de es Viver hay que sumar uno más en la bahía de Sant Antoni, que es otra zona adecuada para hacer una instalación más. Habría que definir cuál sería el proyecto más adecuado porque al menos dos de los proyectos que conozco de la zona, Punta Pinet y Punta Xinxó, se solapan. Hay que estudiar con técnicos y políticos cuál es la ubicación idónea. De momento a corto y medio plazo, es Viver y uno en Sant Antoni son los que se deberían hacer.

-¿Cuántos amarres más hacen falta en Eivissa?

-La planta está sobre los 2.000 amarres aproximadamente. Hace algunos años decíamos que habría que duplicarlos. Tendríamos que revisar el cálculo, pero no creo que andemos muy desencaminados.

-En términos económicos, ¿qué supondría que se construyeran dos puertos deportivos más?

-Creación de empleo neto seguro. Sólo entre personal fijo y eventual para el verano se crearían en las dos instalaciones alrededor de 60 puestos de trabajo directos. Hay un estudio de la Federación Nacional de Instalaciones Náuticas en el que se dice que por cada puesto de trabajo directo en un puerto deportivo se crean nueve indirectos en oferta complementaria y comercios, por ejemplo.

-¿En estos cuatro años se podrá ver algún avance?

- Sí, aunque no es sencillo hacer un puerto deportivo porque requiere de ciertos procesos técnico-administrativos complicados. Por eso, cuando los proyectos ven la luz pueden haber pasado unos diez años. Sin embargo, cuando hay una postura clara y las administraciones trabajan en el mismo sentido se pueden empezar en dos o tres años más o menos.

-¿Se muestra más a favor de la ampliación o de la construcción de nuevas instalaciones?

- De ambas y depende de las circunstancias. Y de si compensa y si es necesario. El puerto de Santa Eulària, por ejemplo, se puede ampliar y el de aquí [Marina Botafoch] mínimamente también se podría ampliar. Pero esto se debe estudiar. Por ello creemos que haría falta el Plan Director Sectorial, para marcar un poco las directrices.

-¿Y cómo afectarían dos puertos más a los que ya existen?

- Pensamos que hay margen de crecimiento. Evidentemente será más competencia, pero entiendo que estamos en una política de mercado y nos tendremos que acostumbrar a ser competitivos. Debido a la falta de amarres durante muchos años no hemos competido entre nosotros.

-¿Qué piensa de quienes dicen que más amarres son sólo para el verano?

- No se pretende captar la demanda del verano, que nunca la llegaremos a cubrir, lo que pretendemos es fidelizar a clientes porque tenemos un buen clima que permite navegar prácticamente todos los días del año. Nosotros pensamos que la inversión no la haces sólo para un mes o dos de verano. Al final nos vamos a la famosa desestacionalización. Se tendría que trabajar por tener una temporada real de seis meses más o menos, que en términos náuticos lo vemos bastante realizable e incluso de nueve meses que con eso ya sería rentable la instalación. Y además hay una demanda de barcos que quieren estar de base todo el año que también se está desatendiendo. También estoy convencida que hay una parte del mercado, que es el ibicenco, que si existiera la posibilidad con precios más asequibles tendrían algún barco.

-¿De qué manera piensa que se puede reducir el impacto ambiental en la construcción de puertos deportivos?

- En los diques de abrigo se han investigado nuevas técnicas para que haya regeneración de las aguas interiores del puerto porque una de las críticas es que el agua que hay allí no se regenera. Yo siempre digo que dentro del puerto también tenemos posidonia porque donde no has echado hormigón, la flora puede seguir viviendo. La gestión ambiental es una inversión que hay que añadir; son condiciones que se pueden imponer al gestor también. En puertos deportivos ha evolucionado mucho la técnica. Evidentemente, impacto hay, pero sí que se puede minimizar