Ayer se sirvieron en la Festa del Vi Pagès de Sant Mateu muchas jarras como estas aportadas por unas treinta familias de la zona.

Un año más, y ya van 21, el polideportivo de Sant Mateu se volvió a convertir ayer en la capital del vino de Eivissa con la celebración de la Festa del Vi Pagès.

No en vano según Pep Riera, presidente de la asociación de vecinos de Sant Mateu, «esta fiesta se ha convertido en un gran homenaje a estos vinos que elabora cada familia en sus casas y que va pasando de generación en generación».

Precisamente el vino que se sirvió ayer es, según Riera, «diferente a todos los demás ya que la tierra de la zona es muy buena y no tiene aditivos de ningún tipo, lo que hace que no se pueda conservar más de un año sin servir».

600 litros de vino

En este sentido, Riera aseguraba que «este año ha sido mejor que en otras cosechas, aunque también más escaso por la plaga que afectó a muchas viñas». Algo que no minó la moral de los Can Carradona, Can Rafalet, Can Toni des Cantó, Can Pau, Can Puigvert o Can Uliva, quienes aportaron mas de 20 litros cada uno.

Así, este año fueron cerca de 30 las familias que participaron y que ayudaron a que, desde las cinco de la tarde, se sirvieran unos 600 litros de caldo. Y todo ello acompañado de pan con sobrasada, ya que según Riera, «este año tres semanas antes se han matado dos cerdos grandes, que pesaban entre los dos unos 550 kilos, para poder poner a la venta unos 300 kilos de sobrasada y butifarra».

Algo que forma parte de una iniciativa que comenzó a hacerse hace más de veinte años. «Todo comenzó como una idea de la asociación de vecinos de dar salida y enseñar a todo el pueblo la gran cantidades vino que se producía en Sant Mateu y desde entonces no ha parado de crecer, llegando incluso a tener hace tres o cuatro año 34 participantes», asegura Riera mientras sirve un trozo de sobrasada acompañada de una rebanada de pan.

Y es que la jornada de ayer fue de todo menos tranquila para los organizadores ya que, además de degustar vino y embutido, los asistentes también tuvieron tiempo para disfrutar con los bunyols con chocolate, flaòs, café caleta, preparados por la Apima de Sant Mateu, y con una demostración de ball pagès a cargo de la Colla de Sant Mateu. Y todo en torno a las tradicionales hogueras que se organizan en las bañeras a base de bastones de parra, ideales para no quedarse fríos.