Los políticos, en pleno discurso. Previamente, el párroco bendijo el centro y lanzó una «bendición especial» al presidente del Consell y al alcalde por ser los artífices del mismo

El nuevo centro de día de Sant Joan tuvo ayer un estreno por todo lo alto, con bendición religiosa incluida y más de un centenar de asistentes, que pudieron apreciar y conocer unas instalaciones cuyas obras empezaron hace cuatro años y terminaron a principios de 2011.

La cinta fue cortada por el presidente del Consell, Vicent Serra, la consellera balear de Salut, Benestar Social i Família, Carmen Castro y el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí, Carraca. El alcalde hizo un pequeño discurso en el que destacó que hace más de cuatro años visitó a la entonces consellera balear Rosa Puig, a la que explicó que Sant Joan era un municipio con un elevado porcentaje de mayores que necesitaba un centro de día. «Comenzamos con una partida baja, pero que nos permitió entrar en la red de centros de día de Balears», destacó el primer edil, que recordó que el coste de las obras lo asumió en un 80% el Govern y en un 20% el Consistorio. El terreno se consiguió a raíz de un convenio con el obispado.

La gestión de este centro de día se ha dado a la fundación que gestiona la residencia Reina Sofía mediante concesión. «La gente que ya está utilizando el servicio dice que está muy a gusto», remarcó.

Vicent Serra dio su enhorabuena al pueblo de Sant Joan y aseguró que esta instalación es mérito del alcalde, que hizo un «esfuerzo» para convencer al Govern de la necesidad de este centro. «Sant Joan es el municipio que tiene la tasa de envejecimiento más alta de Eivissa y probablemente de todo Balears», resaltó Serra, que destacó que los mayores están «bien cuidados» por sus familias, pero no se puede renunciar al «apoyo de calidad» que significan este tipo de instalaciones, en las que pueden pasar parte del día.

El primer edil explicó también que cualquier persona que esté interesada en asistir solo tiene que ponerse en contacto con la trabajadora social del municipio.

El acto contó con bendición eclesiástica, con un refrigerio a base de turrón y orelletes y con una exhibición de ball pagès.