A fecha de 31 de diciembre de 2011 el Govern debía al Consell un total de 32,6 millones de euros. De esta forma, el Ejecutivo autonómico sigue siendo el principal deudor de la máxima institución insular, a la que en total le deben 40,5 millones.

El conseller d'Economia, Álex Minchiotti, resaltó ayer que la institución que más les debe es el Govern con mucha diferencia. «Son 32,6 de 40,5. El resto está muy repartido, son ayuntamientos, el Gobierno central o Europa», aclaró el conseller, que destacó que lo que quieren es negociar con el Ejecutivo autonómico esta deuda pendiente para que se vaya pagando y asegurar las mensualidades para evitar que crezca. «Es tan importante negociar el pago de la deuda como que ésta no se incremente», indicó el conseller, que remarcó que todavía no tienen lista la liquidación de las cuentas de 2011. Una vez la tengan, sabrán exactamente el dinero que debe el Consell y cómo se ha cerrado el ejercicio, un dato importante para poder optar a créditos.

Minchiotti ha pedido a los técnicos que la tengan lista para febrero para poder saber si tendrán financiación. De hecho, teme que no sea buena por todos los reconocimientos de deuda que han llevado a aprobación por gastos que se encontraron sin dotación. «Si sale negativa nos pasará como ha pasado este año con el Fomit, como es una convocatoria que sale cada año, si la liquidación de 2011 también es negativa durante 2012 tampoco podríamos pedir un crédito. Por eso la gestión de los progresistas no solo hipoteca 2011, sino también los próximos», añadió.

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Por otro lado, hoy entran en vigor los presupuestos del Consell, que ascienden a 80,6 millones de euros, unas cuentas «realistas» porque se han bajado en 16 millones. Minchiotti destacó que son la primera institución, salvo el Govern, que ya los tiene en vigor, ya que no lo han conseguido ni el resto de consells ni los ayuntamientos. «Es la demostración de la agilidad que le hemos querido dar para poder comenzar a trabajar con un nuevo presupuesto», indicó el conseller, que dice que estas nuevas cuentas permitirán más agilidad porque tienen una estructura que no está agrupada por conselleries, como hasta ahora, lo que evitará «doble trabajo». «Esto obliga al conseller a hacer un trabajo más técnico y que se agilice todo», aclaró Minchiotti, que indicó que otro rasgo diferencial con las cuentas progresistas es la centralización de facturas, lo que permite «más control y eficacia en los pagos».

También resaltó la importancia de que no se hayan tenido que prorrogar las cuentas para poder pagar subvenciones desde el primer día, ya que los progresistas las tuvieron prorrogadas tres meses y ello provocó la paralización de estas aportaciones.

«Ahora tenemos que ceñirnos a las cuentas»

Minchiotti explicó que ahora que tienen las cuentas aprobadas tienen un segundo reto, que es ceñirse a ellas y no gastar más de lo presupuestado. Recordó que para evitar gastar ahora existe la posibilidad de bloquear partidas. Los objetivos son frenar la deuda del Consell, no generar más y, de esta forma, conseguir que la situación de liquidez el año que viene sea «mucho mejor».