La procesión discurrió, como suele ser tradición, por unos lugares de gran belleza.

El día grande de Santa Agnès, celebrado ayer, volvió a ser todo un éxito de participación con cerca de unas 300 personas venidas de todas partes de Eivissa e, incluso, desde la localidad alemana de Colonia.

Y es que entre tanto habitante del Pla de Corona llamaban poderosamente la atención Catalina y Alfred, quienes, a la puerta de la iglesia, no paraban de hacer fotos de todo lo que pasaba. «Llevamos más de 40 años viviendo en Cala Comte durante los meses de noviembre, diciembre y enero aprovechando el sol de Eivissa y huyendo del frío que hace en Alemania en esta época y nos encanta», aseguraba ella con una gran sonrisa mientras no perdía detalle de la jornada.

Magnífica temperatura

En este sentido, el tiempo les dio la razón a estos ciudadanos alemanes regalando a todos los presentes un día soleado más propio de otros meses del año. Algo que aprovecharon a las mil maravillas algunos de los presentes para disfrutar de la fiesta desde la terraza del popular bar Can Cosmi, en lo que algunos vecinos definían entre risas como «entrada de palco».

Desde allí pudieron ver la procesión que, como es tradición, discurrió entre el campo y las calles adyacentes a la iglesia parroquial. «Es la más bonita de toda la Isla y no lo digo sólo porque sea mi pueblo, sino porque discurre por unos sitios preciosos que no hay en otro lugar de Eivissa», aseguraba muy seria Josefa, una de las más veteranas y vecina de muchos años del Pla de Corona.

Tras pasear la figura de Santa Agnès entre los campos de almendros se produjo un ligero cambio en el programa con respecto a otros años. El tradicional desfile de carros se dejó para el final de la jornada y en su lugar se procedió primero a la demostración de ball pagès y a la degustación de bunyols y vi, organizada por la asociación de vecinos y el APA del colegio.

Algo que no importó lo más mínimo a los allí presentes porque, como aseguraba Antonio Tur, uno de los encargados de repartir los productos, «siempre que hay bunyols y vi pagès hay éxito seguro».

Rayo, un pony con madera de estrella de Hollywood

Otro de los grandes protagonistas de la jornada en Santa Agnès no fue humano sino un pequeño pony de nombre Rayo y que hizo las delicias de todos los que asistieron al desfile en el que participaron 13 carros y un caballo. Y de entre todos los que le animaron, los que más fueron su dueño Jose, de apenas 4 años, y su hermana Daniela, de 10.