Los alumnos del colegio Virgen de las Nieves presenciaron varios juicios de lo Penal ayer en los Juzgados de Eivissa.

«¿Puede conducir una acusada de alcoholemia hasta que se celebre el juicio? ¿Se puede representar una persona así misma? ¿Qué opina del comportamiento de Garzón?». Estas son algunas de las preguntas que los alumnos de cuarto de la ESO de Virgen de las Nieves expusieron ayer en la sesión de juicios a la que asistieron en el Juzgado de lo Penal 1 de Eivissa dentro del programa «Educando en Justicia».
El primero de los juicios era a una mujer a la que se le acusaba de un delito contra la seguridad del Tráfico. La acusada, a la que la fiscal pide una multa de 2.430 euros y retirada del carnet de conducir durante año y medio por conducir bajo los efectos del alcohol, dio 0,62 miligramos por litro, tras invadir el sentido contrario de la vía y chocar contra un seto de un hotel Platja den Bossa el 7 de noviembre de 2009.

Procedimiento
La acusada se retrasó y tampoco aparecían los testigos. «Se puede celebrar el juicio aunque el acusado no venga», explicó la jueza a los alumnos. El abogado pidió un aplazamiento. «Es un perjuicio», dijo la jueza, recordando que si se aplaza no se podía celebrar hasta el 22 de octubre. Finalmente, una hora más tarde de lo previsto empezó la vista. La acusada negó que fuera ella la que condujera sino que un chico que conoció aquella noche en una discoteca.
Declaró que una de sus amigas la llamó para que la recogiera, pero no se encontraba en condiciones de conducir pero este chico se ofreció a llevarla y fue en el trayecto cuando ocurrió el accidente. Dos testigos, amigas de la acusada, aseguraron que la chica había conocido a un chico aquélla noche, del que sólo se conoce el nombre, y corroboraron su versión, pero la Policía local aseguró que no había nadie más en el lugar del accidente, salvo la mujer que estaba fuera del coche, sentada en un bordillo.
«Entendimos que era la conductora», dijo un agente municipal, que admitió no haberla visto conducir. Ante la falta de datos sobre el presunto conductor y su relación con la acusada, el abogado reconoció que era una coartada débil pero «¿quién no tiene una noche loca?». Sin embargo, el letrado defendió que el etilómetro, el aparato con el que se le hizo la prueba de alcoholemia a la mujer, estaba,según él, caducado. «No se ha acreditado que la señora condujera», insistió el letrado aunque la fiscal mantuvo su petición.

Sobre Garzón
La titular del juzgado, Clara Ramirez de Arellano, respondió, de forma didáctica, a muchas de las preguntas de los alumnos, algunas de ellas comprometidas, como la de Garzón, pero de la que salió airosa. «No puedo opinar porque no tengo el procedimiento delante», dijo. «No se moja?», preguntó un alumno. «No debo», le contestó la jueza.

Una usurpación de una vivienda en Cala Lenya
Otro de los juicios a los que asistieron fue contra una pareja acusada de un delito de usurpación para que la fiscal pide 1.200 euros de multa. Una de las acusadas reconoció que ocupó la casa y que su intención erra estar temporalmente. La pareja fue desalojada por la Guardia Civil. «Le condenamos?», preguntó la jueza a los chavales. «Si el dueño tiene una casa en Eivissa, no tiene que pasar hambre», contestó uno. La jueza, como ejemplo, le dijo que pasaría si alguien entra en su casa y se queda en su habitación. «¿Tienes la sensación de que te han invadido», prosiguió la jueza. «Es más complicado de lo que parece», reflexionó el chaval.