Una bicicleta antigua de rueda grande y otra pequeña realizada en la República Checa de igual manera a las que se fabricaban en el siglo XIX; una réplica de madera de 1820; otra con el cuadro de bambú; otra Cruiser de paseo de las que están tan de moda; un Buddy Bike o tándem para dos personas que se empezó a hacer en 1897; o una bicicleta de contrarreloj de fibra de carbono... y todo eso, junto a maillots, cascos y cuadros antiguos y cientos de botellas.

Aunque pudiera parecer que les hablamos de un gran museo de una gran capital es el pequeño Art’s Bicycle Museum que Art Thompson tiene en Can Truy. «Tengo cerca de 40 bicicletas y multitud de objetos de coleccionista y cada vez se queda más pequeño este sitio, pero aunque he ido al Ayuntamiento de Santa Eulària para ver si tienen un local, ahora no es tiempo para pedir nada», asegura con tranquilidad este británico amante del mundo de los pedales.

Sin embargo, es una pena que tanta joya no este expuesta en un sitio un poco más grande. «Tengo todo tipo de bicicletas, aunque la más antigua que hay aquí es de 1954, y es una que se hizo en Niza y que fue comprada por el artista Meter Grant cuando tenía 15 años», asegura orgulloso Art, mientras enseña una bicicleta que tiene un cuadro de madera.

Todas ellas conviven con algunas de competición que ya quisiera para sí el mismísimo Alberto Contador, alguna bicicleta china e india de paseo, algunas con el cuadro de bambú o aquellas de fibra de carbono, que en su día fueron prohibidas por la Unión Ciclista Internacional.

Pero en Art’s Bicycle Museum hay hueco para mucho más. También hay una amplia colección de maillots de diferentes épocas como uno del equipo Toshiba, que fue el primero de Art, o uno firmado por la campeona del mundo de mountain bike Marga Fullana, y para cientos de botellas, que colecciona su hijo pequeño, Alex de 13 años, demostrando que, aunque a Art le queda muchos kilómetros por delante el futuro de su colección está garantizado.

Coleccionista y diseñador - Inventor de su propia bici-patinete

Art Thompson además de ser un gran coleccionista también ha demostrado que tiene mente de inventor. En el año 2005 creó el primer prototipo de su modelo Pusha, consistente en una eficiente mezcla de bicicleta y patinete. «Se trata de un modelo que no se ha hecho jamás y que es súper comodo porque está construido en aluminio y no necesita pedales ni marchas para moverse, unicamente la fuerza de tus propias piernas para darte impulso», afirma con una gran sonrisa su creador.