Esta casa abandonada en el primer cinturón de ronda de Eivissa es uno de los ‘hogares’ en precario. | Marco Torres

Cáritas de Eivissa está haciendo un censo de pobreza en el que ya hay unas 115 personas registradas viviendo en la calle en una situación de penuria económica. Algunos de ellos están de okupas en una casa abandonada sin luz ni agua y otros viven debajo de un árbol con una lona. «Son 115 personas con nombre y apellidos», dice Gustavo Gómez, coordinador del centro de día y del comedor social, acerca de los datos de este censo.
Cáritas está trabajando en este censo de pobreza desde noviembre del año pasado con el equipo de personas del comedor y el centro de día, una trabajadora social y una monitora, y con voluntarios de la entidad de Sant Antoni y Santa Eulària que recorren los lugares de la Isla donde se pueden encontrar estas personas. «Hemos estado desde ses Feixes, a Sant Antoni o a Sant Joan», relata Gómez. De hecho, no todos son usuarios de Cáritas ni de ningún servicio social de la isla. «En Sant Joan nos dijeron que había una persona viviendo en el bosque no iba a servicios sociales y fuimos allí a verla. En ses Feixes hay una veintena de personas viviendo en una casa abandonada, otros viven debajo de un árbol», añade acerca de las situaciones con las que se han encontrado.

Resultado sorprendente
Este trabajo de campo está siendo, además, «muy complejo» ya que los trabajadores y voluntarios de Cáritas se desplazan al lugar donde se encuentra la gente que se encuentra con más precariedad. «Hay que ir a muchos sitios y averiguar donde están. No es fácil pero queremos tener un informe que refleje esta situación porque en Eivissa no hay nada parecido». Los resultados están sorprendiendo incluso a Cáritas. «Conocíamos a la gente que atendemos en el comedor y el centro de día, pero ni mucho menos son todos. Ha sorprendido un poco la gente que nos vamos encontrando en situaciones complicadas», dijo Gómez.
Para elaborar este trabajo de campo se les ha pasado a estas personas una encuesta de Cáritas a nivel nacional sobre su situación. «Hay gente más reticente y otros han colaborado», explica Gustavo Gómez. Unos datos que han permitido construir el perfil tipo de las personas que viven en la calle: un hombre entre 30 y 50 años, de nacionalidad española, y que lleva tiempo viviendo en la calle. «La crisis les ha afectado poco porque antes no tenían nada», apunta.
Con estos datos lo que se pretende es dar a conocer la realidad de una isla, muy alejada de su imagen de verano. «Queremos decirle a la sociedad que Eivissa no es tan maravillosa y que todo es genial. Queremos tener un censo real, para concienciación y ver la mejor manera para trabajar con ellos», subraya. El trabajo de campo del censo no ha terminado. «Pensamos que aumentará. Hay sitios en Sant Antoni a los que todavía nos hemos ido, pero lo importante es que todo el mundo sea consciente de esta situación y se encuentre una solución».

Joan Marí: «De llegar justos a final de mes a pedir comida»
El director de Cáritas, Joan Marí, recordó que están pendientes de la construcción de un centro de atención integral para Cáritas, que sea un referente para las personas que viven en la calle: «Ahora está en manos de los políticos y cuando tengan dinero para hacerlo lo pondrán en marcha». Además, en Cáritas se está detectando que con la crisis cuenta con un nuevo perfil de usuarios que «antes estaban justos para llegar a final de mes y ahora vienen a pedir comida o al servicio de orientación laboral; la crisis la han notado las clases medias y bajas», apuntó Gustavo Gómez. El director de Cáritas señaló que se están acentuando las desigualdades entre las clases sociales. De hecho, en el informe Foessa de Cáritas se recoge que la evolución de la renta media de la población española ha descendido de unos 19.300 euros en el año 2007 a 18.500 euros en 2010, lo que supone una reducción cercana al 4%.