Imagen de archivo de un camión circulando por una carretera de la Isla. | Marco Torres

El sector del transporte de mercancías continúa viviendo los efectos de la crisis debido al estancamiento de la construcción y la escalada de precios de la gasolina. Según explica Joan Bufí Riera, presidente de la Asociación de Transporte de Mercancías de Servicio Público de Pimeef, el año pasado fue «un poquito mejor porque estaba la obra del puerto, pero 2008, 2009 y 2010 fueron años muy malos». El representante de esta asociación profesional asegura que, desde el inicio de la crisis, la actividad de los transportistas ha caído «más de un 50 por ciento, seguro».

Dependencia

Para que este sector del transporte pudiera recuperarse sería necesario que se reactivara la construcción: «Creo que este año puede ser igual o hasta incluso peor que el pasado porque no se ven grandes obras, el puerto parece que se va a acabar este año y la carretera de Sant Miquel se está acabando. A todo esto hay que sumar que la obra pública está parada y la privada no parece remolcar; para qué van a construir si hay stock de viviendas por vender». Y añade: «La verdad es que llevamos mucho tiempo en que hay poco trabajo. Como hay tan poco trabajo, los precios que cobramos son de diez años atrás; se está cobrando en algunos casos incluso bajo costes.

Al estancamiento de la construcción (las reformas cayeron el año pasado un 55%, la nueva edificación un 70% y la obra pública está congelada) hay que sumar la escalada de precios del combustible, pues el gasoil que utilizan la mayoría de camioneros y transportistas se encuentra alrededor del 1,34 euros por litro y sobre los 1,42 o 1,54 por litro en el caso de la gasolina 95 o 98. «Todo lo que sean incrementos de precio en el combustible es malo para los transportistas profesionales. Teníamos una pequeña bonificación de 500 euros, pero la quitaron a principios de año. La solución pasaría por tener un combustible profesional o bien subir precios. Si se pudiese repercutir en precios no habría ningún problema, pero hay ciertas empresas en las Pitiüses que están trabajando muy barato y si subes precios los clientes no te piden servicios», cuenta Bufí.

Igual que los transportistas dependen del gasoil, las estaciones de servicio dependen en buena manera de los que se dedican profesionalmente al transporte y de los incrementos en el precio del combustible porque, al contrario de lo que pueda parecer, cuanto más suben el gasoil y la gasolina, menos ganan las estaciones de servicio. «No llegamos a niveles de 2008 cuando hubo esa subida de precios de 1,50 euros litro y el barril de Brent [petróleo de referencia en Europa] estaba en 146 dólares, pero últimamente parece que la situación se está empezando a agravar bastante. Cuando sube el precio del combustible hay menos clientes», explica Jesús Sala, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Balears (AESBA), que añade: «Llevamos cuatro años con una media de bajada de beneficios en torno al 8 por ciento anual. El margen de beneficio de las gasolineras es un tanto fijo por litro. Cuando éste sube de precio, el cliente paga más con tarjeta y la comisión sí que va a porcentaje de lo que va el precio de la gasolina, no sobre nuestro margen de beneficio. Por lo tanto, cada vez son más altas las comisiones que tenemos que pagar con un margen de beneficio más pequeño», concluye Sala.