Jesús, camarero del restaurante América de ses Figueretes, pone un ‘tuper’ para llevar a una de las clientes que acudieron a comer. | Mónica González

El estómago no da más de sí, y en la paellera aún queda comida. Entonces, uno de los comensales se dirige al camarero y le pregunta: «Perdone, lo que ha sobrado ¿me lo podría poner en un ‘tuper’ para casa?». Esta escena, que es muy común en países como Estados Unidos o México, cada vez se repite con mayor frecuencia en los restaurantes de Eivissa.

«No creo que se trate de algo relacionado con la crisis sino simplemente con que se ha perdido la vergüenza en pedir que lo que ha sobrado se pueda empaquetar para llevar a casa», asegura Joan Riera, dueño del restaurante Ca n’Alfredo de Vila y presidente de los restauradores de las Pitiüsses.

Precisamente, este establecimiento fue uno de los primeros en ofrecer esta opción a sus clientes. «En nuestro caso surgió un poco por necesidad de adaptarnos a todos los que nos visitan ya que después de tanto oír aquello de ‘que pena que se quede esto en el plato’ casi nos vimos en la obligación de ofrecer 'tupers' a nuestros comensales», afirma Joan con una sonrisa.

Una situación parecida sucede en el restaurante América, donde aseguran que ya no ven extraño que sus clientes se lleven comida para casa siempre que ha sobrado.

Según Jesús, camarero del establecimiento, «aquí ya hace tiempo que somos nosotros mismos los que les ofrecemos a nuestros propios clientes la opción de empaquetar la comida para su domicilio».

Algo que, según Ana, dueña del mismo restaurante, «nosotros no vemos mal que se haga, sino que nos parece una buena opción para que no se tire la comida a la basura y porque también es señal de que los platos que cocinamos están buenos y que la gente quiere repetir en casa».

También están muy acostumbrados a que sus clientes quieran llevarse los platos a su domicilio en el restaurante Bali Beach, de Platja d’en Bossa. «Que la gente pida que le guardemos en un tuper nuestro bullit de peix o nuestros arroces es para nosotros algo muy común, aunque también es verdad que de un tiempo a esta parte si se ha notado que la gente ha perdido la vergüenza y lo hace con más naturalidad», explica Jesús, el dueño del restaurante mientras, precisamente, una clienta se lleva una paella para llevar.

No llevan tanto tiempo abierto, tan sólo tres meses, pero en el caso del restaurante Sa Caldera, ya consideran como normal que sus clientes, cuando terminan sus platos, pidan que les guarden lo que sobra para su domicilio. «Nosotros hacemos todo tipo de arroces y pescados y para nosotros es todo un orgullo que nuestros clientes quieran llevarse lo que les ha sobrado para consumirlo otros días, porque es señal de que les ha gustado mucho», afirma Carmen, mientras José Manuel, jefe de cocina, secciona en rodajas un enorme pescado para echar en la cazuela.

Eso con los arroces, pero en otros establecimientos, como el restaurante La Marina, son los embutidos de los entrantes lo que suele terminar en los 'tupers'. «En verano que pongamos para llevar nuestros entrantes es algo muy común, sobre todo entre los turistas italianos, que no tienen ningún reparo en pedirlo», explica Jorge Muñoz, cocinero del restaurante.

Entre los clientes

Algo que demuestra que en Europa esta tendencia ya está totalmente establecida. Por ejemplo, Jean-Louis y Mariette, dos turistas franceses que ayer buscaban un lugar donde comer tras hacer turismo por el puerto de Eivissa, aseguraban que «en Francia se tiene muy claro que no hay que tener vergüenza por llevarse a la casa lo que haya sobrado durante la cena o la comida».

Una sensación que cada vez más se extiende entre los ciudadanos españoles. Por ejemplo, Luis, un joven que daba una vuelta por ses Figueretes después de trabajar, afirmaba que «antes me daba un poco de vergüenza pedir que me lo pusieran un tuper con la paella o con el pescado, pero ya no, y es que si lo he pagado y está bueno pues es mío y puedo comer dos veces».