La gestión de Xico Tarrés y su equipo al frente de la Federación Socialista de Eivissa en los cuatro últimos años salió ayer respaldada por la mayoría de los delegados. Tarrés logró 33 votos a favor (57,8%), 18 en contra (31,5%) y 6 abstenciones (16,2%). Nueve de los 66 delegados acreditados en ese momento (por la tarde se aceptaría a la número 67) no votaron.

Durante su discurso, Tarrés hizo autocrítica pero también defendió «con orgullo» su gestión. Dijo estar «convencido» de que las políticas «estuvieron bien», aunque surgieron «situaciones no deseadas, en algunos casos derivadas de condicionantes externos y otras veces por propia responsabildad». De hecho, reconoció que la crisis les cogió «a contrapie» y sin tener «prácticamente margen de maniobra».

Tarrés sigue considerando que la inversión pública como «motor en tiempos de crisis» es lo correcto «frente a un modelo conservador de restricción» y citó obras como la del hospital, las nuevas guarderías, el Parador, las carreteras o la compra de sa Coma.

En cuanto a los momentos delicados de su gobierno, citó la polémica con la reforma del puerto de Eivissa. Recordó que la coalición con ExC ya contemplaba ampliar y pese a todo, hubo negociaciones que acabaron con una reducción de los pantalanes.

También se refirió a la aprobación fallida del Plan Territorial (PTI). Reconoció que ExC no entendió por qué había que retirar el documento. «Anteponiendo los intereses generales a los electorales rectifiqué lo que consideraba era un error», recordó Tarrés, que indicó que este conflicto hizo que no se puediera reeditar el pacto, algo que no solo atribuye al PTI, sino también a «dinámicas internas de los partidos». De hecho, cree que esta ruptura contribuyó a la pérdida de confianza de la ciudadanía, aunque sigue defendiendo que el pacto con ERC y GxE representa a un «conjunto mayoritario dentro de la sociedad». Tarrés también reconoce como error que les faltó estar «más presentes en la sociedad» y resaltó que el PP no ha ganado votantes, sino que es el PSOE el que «ha decepcionado». Lamentó la falta de movilización de parte de la militancia, que solo aparece «cuando hay que votar algo», pero no a la hora de redactar programas o ayudar en las campañas.

Torres y Campillo apelan a la unidad del PSOE y a defender lo público

En sus discursos antes de las votaciones, tanto Torres como Campillo hablaron de la situación interna del partido y de cuestiones más generales como la reforma laboral o los recortes.

Vicent Torres consideró que ya es hora de que en el PSOE se dejen de «buscar culpables». «Nuestras batallas internas no interesan a nadie», dijo Torres, que habló de renovarse, de «acabar con las camarillas» y de su indignación por «el recorte de derechos que tanto ha costado conseguir». «A Pedro Campillo le reconozco el coraje de presentarse», añadió el renovador, que aseguró que va «sin mochilas» y que no debe «nada a nadie».

Campillo dijo que para «echar al PP», el PSOE debe estar «fuerte y cohesionado». «Odio el sectarismo y conmigo no habrá campillistas, sino socialistas», añadió el crítico, que también llamó a participar en la manifestación por los derechos laborales de hoy. También apostó por representar «la diversidad de nuestra sociedad» y por «defender lo público».

Julián Aguilar: «Mucha gente está pendiente de nosotros»

El secretario de Organización saliente, Julián Aguilar, aprovechó sus «últimos minutos de gloria» para concienciar a sus compañeros de lo crucial de este congreso. «Debemos decidir cuál queremos que sea nuestro modelo social y económico en los próximos cuatro años», dijo Aguilar, que indicó que es la «única esperanza» para conformar una alternativa a las «políticas ultraconservadoras» del PP. «Mucha gente está este fin de semana pendiente de nosotros y espera que el PSOE deje de autocriticarse, de pedirse explicaciones a sí mismo y de buscar razones, porque aquí y ahora es el momento de las soluciones».

El presidente de la mesa del congreso, Fernando Fernández, dijo que «salga el compañero que salga hay que aunar fuerzas para salir airosos y volver a recuperar las instituciones dentro de tres años».

Hernando reconoce la labor de Tarrés, Costa y ‘Agustinet' sin el aplauso de los críticos

El secretario de Relaciones Institucionales y Políticas Autonómicas del PSOE, Antonio Hernando, defendió ayer los éxitos electorales que en su día consiguieron Xico Tarrés, Lurdes Costa y Josep Marí Ribas, Agustinet, entre aplausos de buena parte del auditorio y ante la indiferencia de los críticos, algunos de los cuales (pocos) solo hicieron una excepción para aplaudir al exalcalde de Sant Josep, que fue el que se llevó una mayor ovación.

«Desde finales de los 90 y durante la primera década de los 2000 hemos sido capaces de gobernar y yo lo reivindico porque lo que ha ocurrido electoralmente poco tiene que ver con vuestra gestión», indicó Hernando, que reconoció que el resultado «ha sido malo», pero también hay que ser «justo con los éxitos obtenidos». El dirigente federal recordó que la sociología de Eivissa hace «muy difícil» que triunfen los proyectos de izquierdas y pidió a los socialistas ibicencos que dejen de lamentarse por la derrota porque los ciudadanos «lo están pasando muy mal» y lo que piden son «respuestas». «La gente de la calle espera que de este congreso salgan propuestas e ideas, eso es lo más importante», añadió Hernando, que remarcó que el PSOE es un partido de gobierno y «no de oposición». Por todo ello, pidió que en el congreso se mire al pasado «sin ira, con generosidad, con orgullo y justicia». Defendió la gestión de Zapatero, aunque reconoció que «cometió errores», arremetió contra la reforma laboral y aseguró que el PP está a punto de tirar el estado del Bienestar «por la alcantarilla». Asimismo, consideró que Bauzá está «desmontando la sanidad pública primando las pólizas privadas» y pidió a los socialistas que estén «juntos y unidos» aunque «vengan mal dadas». «Salid de aquí con una visión compartida y centraros en recuperar la confianza de los ciudadanos de Eivissa porque desde ahí podremos cambiar las cosas», añadió.

El secretario general de UGT en las Pitiüses, Diego Ruiz, también invitado al congreso, resaltó que el trabajador «está más desprotegido que nunca» y pidió un «PSOE fuerte» que «vuelva a sus orígenes y recupere su espacio natural» para defender un «más derechos para los trabajadores».