La secretaria de Organización asistió el jueves a la constitución de la comisión gestora. | Marco Torres

El PSIB anuló el II Congreso de la Federación Socialista de Eivissa (FSE), entre otras cosas, porque tenía «indicios» de que algunos de los documentos aportados no eran «veraces», ya que vio «incongruencias y contradicciones» entre ellos. En concreto, se refieren al libro de registro de entradas del partido y al escrito de renuncia del delegado Prudencio Hortelano, que fue sustituido por otra delegada, la cuñada de Antonio Roldán María Ripoll.

De esta forma, el PSIB hace caso a la impugnación de los renovadores/oficialistas, que vieron «irregularidades» en el documento de renuncia de Hortelano. Los renovadores argumentaron que los críticos presentaron tres escritos: uno firmado por el secretario de Organización de Vila, el crítico Javier Pina, en el que explicaba que Hortelano renunciaba, otro firmado por Hortelano en el que renuncia el día 8 (dos días antes del congreso) pero sin registro de entrada y un tercero también del día 8 que sí tiene registro de entrada pero sin rúbrica.

El ex secretario de Organización Julián Aguilar alegó ante el PSIB que el día antes del congreso el censo no tenía ninguna sustitución. El mismo día del congreso Pina apareció con una serie de escritos que parecían tener el sello de registro de la federación. Aguilar relató entonces que tuvo «sospechas» de que el libro de registros de la FSE se «hubiera manipulado» y pudo comprobar que había una línea tachada con tippex. Ese mismo día de inicio del congreso también supo que se habían presentado escritos en la sede del partido sobre la sustitución de delegados sin que el personal administrativo le hubiera informado. Por eso pidió el libro de registro «para evitar posibles irregularidades». El PSIB comprobó que ese libro contaba con un registro borrado con tippex en el apartado de renuncia como delegado al Congreso que presentó Pina, lo que consideran una «irregularidad».

Por último, existe otro documento que es una relación de delegados con anotaciones en bolígrafo a los lados del que se tacha a Hortelano de la lista para sustituirlo por Ripoll. Está firmado por Aguilar, pero el PSIB argumenta que las «matizaciones hechas a mano» no están rubricadas por él, «por lo que se consideran hechas a posteriori».

Todos estos documentos contrastan con la declaración que Prudencio Hortelano entregó en mano a la oficialista Patricia Abascal, que lo trasladó al PSIB. Según él, y como ya ha publicado este periódico, fue «presionado» por el crítico Bernardo Escalona el mismo día del congreso para firmar una renuncia que tenía fecha 8 de marzo. Hortelano dice que mintió a Aguilar diciéndole que lo había firmado el día 8 por «miedo a las presiones» de los críticos, pero posteriormente le confesó a la también crítica e integrante de la Mesa Pilar Ferrero que había rubricado la renuncia el mismo día del congreso. Alegó también que Esacalona le dijo que cuando le llamaran, dijera que firmó el día 9. Otro dato sorprendente es que Hortelano dice que los críticos le incluyeron en la lista de delegados sin su consentimiento porque él no tenía decidido a quién votar.

Los críticos defendieron ante el PSIB que el censo que llegó a la Mesa era incorrecto, ya que el entonces secretario de Organización, Julián Aguilar, no requirió las listas completas de los delegados de cada agrupación. Además, insinuaron que la cadena de custodia del libro de entradas y salidas de la FSE pudo haber sido alterado.

La votación no podía interrumpirse por norma

Según el artículo 34 del reglamento federal de congresos, una vez iniciada una votación ésta «no podrá interrumpirse por causa alguna y no se concederá la palabra a ningún delegado». Por ello se considera «probado» que el comportamiento de la Mesa, que aceptó por la tarde la sustitución de un delegado, fue «contraria a la normativa congresual». El PSIB también recuerda que el censo cambió de 66 a 67 delegados lo que «deriva en una falta absoluta de seguridad jurídica». Según explican, las votaciones no se pueden interrumpir ni aplazar «de forma arbitraria con el fin de alterar el cuerpo electoral y, por tanto, incidir en el resultado». Por ello se considera que la Mesa no solo vulneró la normativa interna del partido, sino que además alteró el cuerpo electoral del proceso. De hecho, se dice que este órgano puso «en grave riesgo las garantías y la transparencia del proceso congresual».

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Bernardo Escalona niega haber coaccionado al delegado

El crítico Bernardo Escalona, a quien Hortelano acusa de obligarle a firmar la renuncia, dijo ayer que ha pedido una reunión con la gestora para que se restablezca su imagen. «Las acusaciones son totalmente falsas, me encuentro muy fastidiado porque quien me conoce sabe que soy muy dialogante y nunca he presionado a nadie en absoluto», dijo Escalona, que asegura que es «muy apreciado» en el partido, donde se le conoce como «un bonachón».

Cree que se está «manchando» su imagen y asegura que hasta ahora había considerado a Hortelano su «amigo». «¿Cómo voy a coaccionarle si le propuse para ir en la lista de delegados?», se preguntó Escalona, que ve todo este asunto «muy raro» y cree que es «política en minúscula». Espera que la gestora restituya su honor, pero si no es así, no descarta tomar medidas. «En el juego político hay límites que no se pueden superar», añadió.

Pedro Campillo: «Es falso que hayamos presionado»

El líder del sector crítico y ya ex secretario general Pedro Campillo indicó que es «absolutamente falso» que presionaran a Hortelano para que renunciara. Lo que sí ve «raro e irregular» es la actitud del delegado. «Lo lógico y decente es que si no vas a ir al congreso renuncies», indicó Campillo, que no sabe por qué ese delegado no fue al congreso y votó a Vicent Torres si era lo que deseaba.

Recordó que Hortelano salió elegido como delegado de los críticos, por lo que los militantes quisieron que ese representante fuera para ellos. También explicó que en Mallorca hubo delegados que se pusieron enfermos y llamaron por teléfono diciéndolo y fueron sustituidos por otros sin problema. «No hizo falta un documento con firma, ¿por qué lo que no se aplica en Mallorca se hace en Eivissa?», se preguntó Campillo, que cree que la resolución del PSIB es «totalmente política».

Salinas dice que Aguilar no pidió la lista definitiva de participantes

El administrativo de la FSE y crítico Carlos Salinas defendió ayer que el documento de cambio de delegado fue presentado en la sede de la FSE el día 8 por la mañana y le dio entrada. Salinas dice que si Aguilar no vio cambios en la lista de delegado es porque «no la solicitó en los días anteriores al congreso».

Este histórico socialista también defendió que el día 8 de marzo, «en un contexto intenso y frenético de trabajo» se presentó Pina para registrar una certificación de renuncia de Hortelano. Atribuye la sobreescritura en el libro de registros a que él mismo pensó que había una entrada reiterativa, con lo que borró con tippex para introducir otro documento. Él mismo fue quien modificó la relación final de los delegados y aseguró que le «sorprende» que Aguilar no la requiriera.