El trabajo al pie de las acequias es duro porque hay que limpiar todos los fondos para que pueda discurrir el agua.

Aunque Don Hilarión aseguraba durante la zarzuela de La Verbena de la Paloma que «los tiempos adelantan que es una barbaridad» hay tradiciones en Eivissa que se resisten al paso del tiempo. Una de ellas es la limpieza anual que realizan de la zona de es Broll de Buscastell los miembros de su comunidad de regantes.

«Es un trabajo que hay que hacer obligatoriamente todos los años para que el agua pueda circular por las acequias y podamos regar bien nuestros campos», aseguraba ayer Pepe Costa, uno de los participantes que, aunque vive en Sant Antoni acude fiel a su campo a cultivar patatas y coles, y a cuidar sus cerezos.

Tal es así que a la cita acuden todos los años miembros de las distintas familias de la zona. Están los de Can Racunada, los de Can Frit, los Can Sastre, los de Can Fiet, los de Can Turricó, los de Can Cucons o los de Can Soldat y todos unidos en torno a una azada y a un mismo objetivo: limpiarlo todo para que fluya el agua.

Los más veteranos

Una actividad que llevan haciendo más de 60 años los dos hombres más veteranos del grupo, José y Vicent. Ambos son vecinos y cultivan en sus huertos, entre otras cosas, naranjas y patatas y, por eso, no dudan en calzarse las botas, coger la azada y ponerse a ayudar. «Tengo 78 años y desde que tenía 14 o 15 años no he faltado nunca a limpiar los lindes del camino d’es Broll para que pase el agua y se pueda regar», asegura José con una gran sonrisa.

Mientras, a su lado Vicent le da la razón y asegura, que «si no se hiciera esta limpieza crecerían muchas malas hierbas y mucho barro que harían que no pudiera pasar el agua, desbordándose fuera de las acequias y echándose a perder».

Por eso, la jornada de trabajo es dura y larga para los cerca de 25 participantes que ayer, desafiando al fuerte viento y a la constante amenaza de lluvia, comenzaron a las nueve de la mañana y terminaron, cuando llegaron a la fuente d’es Broll, a eso de las dos de la tarde. Sin embargo, José vuelve a tirar de experiencia y asegura que «antes todo era mucho más difícil porque las acequias no estaban hechas de cemento y todo era tierra, con lo que a lo largo del año todo se había convertido en barro y porquería».

Unos recuerdos que a José, Vicent y todos los participantes también le llevan a rememorar tiempos mejores para la agricultura de la zona. «Antes era mucho más rentable tener naranjas y patatas porque se podían vender a un precio razonable en el mercado pero ahora con los precios que se dan por ellos no sale a cuenta poder vivir de esto, con lo que los huertos se han quedado prácticamente para consumo propio», asegura uno de los jóvenes participantes en un paréntesis de la jornada.

Precisamente en uno de estos descansos se acercaron miembros del Ayuntamiento de Sant Antoni a ofrecer un pequeño tentempié a los participantes. Sin embargo, el almuerzo, a base de sobrasada y pan, no dejó satisfechos a los trabajadores que aseguraban, entre risas, que «se ha notado que los recortes también han llegado a es Broll porque casi no tocamos ni a un pedazo de pan y sobrasada para cada uno». ¿Será que la crisis también ha llegado a lugares remotos como es Broll de Buscastell?