La Asociación de Vecinos de Cala Jondal remitieron ayer una carta en la que muestran su rechazo a que se hagan «leyes a medida para permitir ilegalidades» en referencia al anuncio del Ayuntamiento de Sant Josep de declarar de interés general el establecimiento Blue Marlin para legalizarlo, a pesar de contar con una orden de demolición de la terraza.

En la carta, los vecinos apuntan que no están en contra de la actividad de ningún establecimiento turístico «siempre y cuando se atenga a la legalidad». Aún así, se niegan a que Cala Jondal, «un lugar paradisíaco sea prostituido esgrimiendo argumentos falaces». «No todo vale para salir de una crisis económica descomunal que a todos nos afecta», señalan en la misma carta.

Por ello, y ante la intención del Ayuntamiento de Sant Josep, la Asociación de Vecinos invita a las autoridades «a ‘disfrutar’ de un domingo festivo desde las 18,00 horas hasta las 06,00 horas del lunes para que comprueben cuál es el verdadero ‘interés general’ y vean cómo un lugar único se convierte en un nido de basura y suciedad, con un ruido insufrible y un tráfico peligroso».

Bomba de relojería

Y es que el colectivo no solo sufre el ruido de la música sino que reclaman que se garantice la seguridad en el tráfico rodado: «En temporada alta ya no es noticia la cantidad de accidentes que hay en el tramo que va desde el aeropuerto hasta llegar a Cala Jondal». Además, temen que, con la conglomeración de tanta gente, suceda algo irreparable como un incendio. «En Cala Jondal un domingo de verano puede haber perfectamente entre mil y dos mil personas; el riesgo de incendio es evidente».

Además, exigen que se explique a los usuarios del campamento de Cala Jondal, cuya titularidad es del Consell d’Eivissa, «la existencia en la playa de una auténtica bomba de relojería, permitida y consentida por las autoridades (las actuales y las anteriores)».

Ante todo esto, los vecinos resaltan que lo que realmente les importan y es de «interés general es la conexión de agua potable, la conexión de la luz o la conexión a Internet», apuntan en la carta. «Mientras tanto, los vecinos seguimos aguantando molestias y actividades de nuestros pretendidos hijos ilustres, los venerados propietarios de Blue Marlin», resaltan.