Uno de los momentos del espectáculo ‘Negre’, que abrió la Feria Eivissa Medieval. | (c) Sergio G. Canizares

Muchos de los curiosos que acudieron ayer a disfrutar con el espectáculo inaugural de la feria Eivissa Medieval soñaban con ver a un pirata como Jack Sparrow cuando vieron a La Ostra, el enorme barco fantasma situado en un lado del escenario. Desgraciadamente se quedaron con las ganas, igual que todos aquellos que pensaron en disfrutar con caballeros, princesas y todo aquello que sonara a medieval.

Según el presentador, la representación preparada por la compañía Carros de Foc, de nombre Negre, contaría una historia de la mano de una niña que podría ser cualquiera de los presentes. Sin embargo, una mezcla de imágenes sin mucho sentido proyectadas en una pantalla gigante, una niña que tan pronto vestía como Wendy en Peter Pan como una luchadora del futuro con un ajustado traje plateado, pasos de baile que parecían salidos del famoso videoclip de Michael Jackson, Thriller, zombies muy parecidos a los que corren por la serie de televisión Walking Dead, y algún que otro demonio zancudo escapado de alguna película de terror... y la gente preguntándose dónde se había perdido el tema de la Edad Media o el Renacimiento.

Un amargo sabor de boca para una ceremonia de apertura que comenzó, además de con el discurso de la alcaldesa de Eivissa, Marienna Sánchez-Jáuregui, mitad en castellano mitad en catalán, con un momento muy emocionante sobre el escenario. Fue con la entrega, por parte de la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa, Lina Sansano, del I Premio de Artesanía Tradicional a Ángelines Jiménez Flores por su trabajo en el mundo de los bolillos durante toda su vida en compañía de su hija tristemente fallecida, Ángela Díaz Jiménez.