El Consell d’Eivissa pedirá al Govern que estudie mejor el efecto que puede tener el fondeo sobre posidonia de barcos de menos de doce metros que permite el nuevo decreto del Ejecutivo autonómico. Según explicó la consellera de Mobilitat i Medi Ambient, Pepa Costa, puede que el hecho de que un solo barco tire el ancla en una pradera no tenga repercusión, pero si son varios «sí que podría afectar». «Creo que habría que estudiar las zonas masificadas para ver cómo afecta a la posidonia y aplicar medidas más restrictivas para reducir el impacto», indicó Costa, que se pronunció así sobre la polémica abierta respecto a esta cuestión, ya que grupos ecologistas como Oceana o el GEN han criticado duramente esta medida por considerarla además «ilegal».

Prohibición en Talamanca

La consellera sí valoró positivamente que se prohíba el ancoraje en posidonia en zonas como Talamanca y Porroig en Eivissa y sa Torreta y es Pujols en Formentera, ya que en estos enclaves hay arrecifes barrera de posidonia. «Por primera vez se toman medidas restrictivas en lugares singulares como Talamanca y se limitan los daños más importantes de barcos de grandes dimensiones», explicó Costa, que indicó que la vigilancia para que las embarcaciones cumplan con el decreto la tendrá que llevar a cabo el Govern.

El Ejecutivo autonómico prevé penalizar con este decreto el fondeo sobre posidonia de embarcaciones de más de doce metros que estén en profundidades de menos de 35 metros. A más de 35 metros el ancoraje no tiene problemas porque suelen ser fondos arenosos, ya que no hay luz suficiente para el desarrollo de la posidonia. La aplicación de este decreto no afecta a aguas ni zonas de reserva de puertos estatales y autonómicos ni a zonas protegidas como LIC con planes de gestión, donde el Govern ya ha puesto boyas ecológicas (ses Salines, s’Espalmador y Caló de s’Oli).

El decreto también prevé otras medidas, como la prohibición de instalaciones de acuicultura, la extracción de áridos o los vertidos sobre praderas. La norma establece también un régimen de autorizaciones para afectaciones puntuales sobre posidonia (de hasta 1.000 m2 o del 2% de la pradera). En caso de afeccciones superiores será necesaria la aprobación del Consell de Govern. En los dos casos se podrán determinar medidas correctoras o compensatorias.

La consellera explicó que el anterior equipo de gobierno ya había hecho alegaciones a este decreto, en las que pedían que se aclarase lo que era una afección puntual (2% de la pradera), ya que no quedaba claro dónde empezaba y acababa la pradera. «Quedaba muy indefinido y ambiguo pero ahora se concreta mejor, por lo que nos han hecho caso», indicó Costa, que no ha detectado que en Eivissa se estén produciendo problemas de grandes yates anclando sobre posidonia como sí pasa en Formentera.