«Me preocupa porque veo que lo tenéis hablado y espacios para la música electrónica aquí hay a palas. Tenemos que pensar un poco que tenemos Can Ventosa saturado y que nunca ha habido un local de ensayo público en esta ciudad».

Con esta frase, el concejal socialista Marc Costa se quejó ante el equipo de gobierno de Vila cuando en el pleno de esta semana la concejala de Cultura Lina Sansano desveló que el centro polivalente de artesanos Sa Pedrera, ubicado en sa Penya, se quiere destinar al Ibiza Music Factory (IMF): un proyecto de la concejalía de Turismo, que el edil Ignacio Rodrigo presentó hace pocos días en las jornadas del Ibiza Internacional Music Summit (IMS), pero sin indicar su ubicación.

La propuesta de Rodrigo nació con la idea de ser el Museo del Dj, pero se ha transformado en una mezcla de sala de exposiciones sobre la música de la Isla [en todos sus estilos, épocas y eventos relevantes] combinado con un archivo sonoro de conciertos y música tradicional, además de incorporar un apartado de I+D. Sin embargo, la oposición insiste en que el proyecto para que Sa Pedrera pueda dar cabida a grupos de teatro y bandas locales de música mediante la construcción de boxes insonorizados «está finalizado desde 2010 y tiene consignación presupuestaria». «Lo que no me gustaría es que ahora se utilizase para otra cosa», criticó Costa.

Por su parte, Sansano explicó que cualquier cambio de usos debe ser aprobado por la Unión Europea (UE) ya que se financiará con 876.000 euros de los fondos Feder, concedidos al Consorci Eivissa Patrimoni de la Humanitat.

En un principio iba a ser un centro artesanal, pero los artesanos se negaron a subir a sa Penya. El pasado jueves un intento de PP y PSOE-Pacte de consensuar el destino de Sa Pedrera quedó sobre la mesa, con la advertencia de Sansano de la necesidad decidir «la obra definitiva» en consenso con los colectivos implicados, antes de proponerlo a la UE.

Por último, la edil anunció también que, sea cual sea el proyecto, se intentarán abaratar costes.