Los participantes en la protesta lucieron carteles en los que se podían leer mensajes como el de la imagen, ‘yaya preocupada’.

Los padres y madres también están preocupados por cómo afectarán los recortes educativos a sus hijos. Y así quedó patente en la primera gran convocatoria organizada por la Federación de Asociaciones de Madres y Alumnos de Eivissa (FAPA), una cadena humana en la que participaron más de 350 personas.

«Lo que queremos hacer ver a las familias es que los ajustes se notarán el curso que viene, pero de aquí a diez años se seguirán viendo. Tenemos que pensar qué generaciones de niños habrá en el futuro», explicó Concepción Romero, presidenta de FAPA Eivissa quien valoró como «muy negativa» la reducción de más de 100 profesores en Secundaria para el próximo curso. «Sobre todo creo que afectará a la atención a la diversidad de la clase», precisó.

Según pasaban los minutos, la afluencia de gente fue en aumento. Mientras unos hinchaban globos, otros optaban por escribir mensajes en carteles que más tarde se pegaron en el pecho para hacer el recorrido.

Los participantes finalmente no pudieron formar la cadena humana en su totalidad, a pesar de tener permiso de delegación del Gobierno, pero eso no impidió que unieran sus manos para llegar a los puntos clave de la protesta: el Consell d’Eivissa, la delegación de Educació y Vara de Rey. Durante el recorrido, sus gargantas no pararon de gritar prou retallades, rescatem l’educació. Ya en el Consell, el descontento de los participantes quedó patente con una marea sonora de pitidos y abucheos. Una vez allí, Concepción Romero, presidenta, y Ramón Roca, vicepresidente de FAPA Eivissa, dieron entrada al manifiesto que más tarde leyeron en Vara de Rey y en el que reclamaban que se concluyan las obras pendientes en los centros educativos, cubrir las bajas de profesorado desde el primer día, frenar el programa de recortes y no aumentar el número de alumnos por clase, entre otras medidas. Tras su paso por Educació, que también recibió varios minutos de pitidos, abucheos y gritos, los manifestantes continuaron su recorrido hasta Vara de Rey con las manos unidas. Una vez allí y tras la lectura del manifiesto, los pequeños tiraron a la portería para marcar un gol por la educación pública.