Un emocionado José María Rodríguez ha anunciado que dejará su cargo como delegado del Gobierno. | Joan Torres

José María Rodríguez dimitió ayer como delegado del Gobierno en las Islas después de que en las últimas semanas haya trascendido que la Guardia Civil le investiga en una pieza de la trama Gürtel en Balears. Su cargo lo ocupará, de momento, el secretario general de la Delegación, Evelio Antich, hasta que el Consejo de Ministros apruebe un sustituto, algo que podría suceder esta misma semana.

En una rueda de prensa convocada de urgencia en la sede del PP, en la que anunció su decisión de dimitir, Rodríguez, jefe máximo de la Policía y la Guardia Civil, reconoció que había pedido a la Guardia Civil que investigará cómo es posible que se filtraran informaciones de un sumario secreto, algo que es delito, y lamentó que esta petición se haya interpretado como un intento de usar la ley a su servicio.

«Ha habido filtraciones de los trabajos que está haciendo un grupo de investigación y a mí me han llegado desde fuera de la propia investigación, por eso pedí que se averiguara cómo es posible que todo esto pase», explicó el ya exdelegado del Gobierno.
«Me afecta que alguien piense que uso a la Guardia Civil para defenderme, porque yo me defiendo sólo», afirmó, para añadir a continuación que se siente «indefenso» porque los medios de comunicación publican detalles de la investigación que él desconoce. «Creo en los magistrados, creo en las fiscales y creo en la Guardia Civil, pero también en el secreto de sumario y violar este derecho es más grave que la defensa al derecho a la información», sentenció.

Perjudicar al Gobierno
José María Rodríguez defendió en todo momento su actuación tanto al frente de su cargo como delegado del Gobierno como al frente de todos los cargos públicos que ha desempeñado hasta el momento. «Defiendo lo que he defendido siempre: que la representación debe ejercerse sin sombra de duda o de sospecha, y en las actuales circunstancias puedo perjudicar más que beneficiar al Gobierno», afirmó.

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Rodríguez explicó que se trata de una decisión meditada «pero injusta», que le dará «libertad» para defender su inocencia, y confió en que el tiempo y la Justicia le den la razón. Insistió en que la dimisión ha sido una opción personal y que no se ha visto presionado ni por representantes del Gobierno central ni por el president del Govern balear, José Ramón Bauzá, quien incluso le pidió que recapacitara sobre ello.

Señaló que está tranquilo porque durante toda su trayectoria política ha actuado «desde la honradez y la ética» e insistió en que no quiere que se piense que usa su cargo para defenderse de las acusaciones.

«Los ciudadanos piden a los cargos públicos ejemplaridad y, aunque no estoy ni siquiera imputado, he tomado esta decisión», aseguró José María Rodríguez en la rueda de prensa.

No quiso aventurar cuál su futuro a partir de ahora, pero destacó que esta dimisión del cargo público no tiene nada que ver con los cargos que ocupa en el partido, esto es, presidente del PP de Palma y vicepresidente del PP balear.

Afirmó que tiene «vocación de servicio», no de «negocio», y adelantó que tiene la intención de seguir «al servicio» del PP, si bien no aclaró si optará de nuevo a la presidencia del PP de Palma en el congreso que se celebrará en otoño.