La imagen de la Virgen del Carmen, a bordo del 'Capitán Nemo II'.

Si el lunes pasado la Virgen del Carmen salía en una accidentada procesión por las calles de Eivissa ayer por la tarde fue el turno de desfilar por Sant Antoni en una muestra más de que la devoción en la Isla por la patrona de los marineros es inasequible al desaliento.

La tradicional misa comenzó a las siete de la tarde y tras ella, esta vez los gestos de tensión vividos en el muelle de Eivissa se suplieron por la emoción de los muchos devotos que cubrían el trayecto desde la iglesia hasta el puerto, y de las cerca de 400 personas que, de forma gratuita y gracias al Ayuntamiento, pudieron disfrutar de la ofrenda floral en honor a los caídos en el mar en las cinco embarcaciones ‘golondrinas’, los tres barcos y el catamarán Capitán Nemo, en el que viajaba la propia Virgen.

Después, tras volver todos a puerto sanos y salvos y con la noche cayendo sobre la Plaça Nord de Sant Antoni fue el momento de disfrutar con la exhibición de ball pagès que ofreció la colla de Can Bonet, del magnífico espectáculo llevado a cabo por las gimnastas del Club Gimnasia Rítmica Portmany, y, por supuesto, de los bunyols, la coca de pebrassos yel vi pagès que, circularon por el lugar.