El Centro de Información al Trabajador Extranjero (CITE) reabre sus puertas después de tres años sin funcionar por falta de recursos económicos con la intención de facilitar información y asesoramiento en materia laboral a los trabajadores extranjeros. Eva Cerdeiriña, responsable del CITE en Balears, presentó ayer este servicio, que funcionará en principio hasta final de año con Clara Pereira, diplomada en Relaciones y experta en temas de extranjería.

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Cerdeiriña alertó ayer de que dado el impacto de las últimas medidas económicas tomadas por el Gobierno, en lo que llevamos de año se está produciendo una «nueva recesión» en el empleo, sobre todo entre los inmigrantes. «La media de afiliación de la población extranjera en Balears durante el año pasado fue de un 17,4%. Entre 2007 y 2011 los extracomunitarios han perdido un 18,8% de afiliación, los españoles un 10,9% y los comunitarios han bajado un 3,2%. Sí que notamos que la crisis en estos primeros meses de 2012 está incidiendo de manera muy negativa en la contratación de población extranjera porque en el primer semestre de este año la afiliación ha bajado entre un 4 y un 6%», precisó Cerdeiriña.

En cuanto a la contratación, del total de 54.321 contratos formalizados en Eivissa y Formentera 19.786 se hicieron a población extranjera lo que representa el 36,4%. De hecho, según explicó la responsable del CITE en Balears, las Pitiüses son las únicas islas donde se incrementó la contratación de extranjeros respecto a 2010.

A esta recesión del empleo inmigrante hay que sumar la caída de la población activa extranjera, sobre todo entre los más jóvenes. «Han tomado la misma decisión que los padres en cuanto a volver o marcharse a otro país a buscar trabajo. Es una cuestión que nos tendría que preocupar porque pensemos que se trata de personas que se han formado en Baleares y han tenido experiencia laboral en este país; a la larga esto tendrá efectos negativos», explicó Cerdeiriña. También influye, según la responsable de este servicio en Balears, la caída «importante» en el empleo inmigrante, sobre todo en el sector de la construcción. En servicios ocupan todavía trabajos poco cualificados.

Cerdeiriña aseguró que hay una serie de «cuestiones» que hacen que la población inmigrante «sortee» la situación de crisis, como el hecho de que tienen poca presencia en el sector público, uno de los más castigados por los recortes, así como que el 83% de las familias inmigrantes cuenta con que al menos uno de sus integrantes tiene empleo. A ello hay que sumar, además, que principalmente se ha destruido empleo fijo y los trabajadores extranjeros suelen acceder más a empleos temporales.