Foto de archivo de Julián Vilás. | Irene G.Ruiz

«Los hospitales no los hacen los edificios sino la gente que hay dentro». La frase corresponde a Julián Vilás Ferrer (1930-2012), en una entrevista realizada hace tres años con motivo de los 40 años de puesta en marcha de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Fue mi primer y último encuentro con este señor de la medicina, que se mostró campechano relatando sus inicios en el mundo de la sanidad, sus experiencias, sus palabras de agradecimiento a sus antiguos compañeros y su apuesta por los últimos avances tecnológicos en la sanidad. De hecho, Julián Vilás hacía ya bastantes años que estaba jubilado, desde 1996, pero no dejaba de pasar ni un día por la Policlínica e incluso vivía en el último piso del edificio. «Bajo todas las mañanas a molestar», comentó, con sorna, en aquella entrevista.

Nacido en Eivissa en 1930, estudió medicina en la Facultad de San Carlos de Madrid, especializándose en Cirugía General y en Traumatología y Ortopedia y siguió su formación en Barcelona con el cirujano José Masferrer, al que consideraba su maestro. Allí le ofrecieron ejercer pero rechazó la posibilidad de trabajar fuera de la isla y se planteó crear su propia clínica. En 1958 fundó su primera clínica en la Avenida de España. En 1969 inauguró la Policlínica del Rosario, con una plantilla de tres médicos y tres ATS, en la actual ubicación. El hospital cuenta hoy con 350 trabajadores. Su dedicación a la sanidad no fue sólo en el ámbito privado sino que contribuyó a que la isla de Eivissa tuviera el primer hospital público. Fue el primer jefe de Servicio de Cirugía del hospital ambulatorio de la Seguridad Social creado en 1971. Un año más tarde fue director gerente y también fue responsable de Can Misses, compatibilizando durante años su trabajo en la pública con la privada a un ritmo frenético. «Me pasé prácticamente diez años sin dormir una sola noche entera», recordaba en aquella entrevista Julián Vilás de su trabajo como cirujano en el que realizó 20.000 actuaciones quirúrgicas, de las que 5.000 fueron partos.

Sus compañeros

Entre sus antiguos compañeros de profesión era muy respetado. Uno de ellos fue Juan Navarro, jefe de sección de Anestesia del hospital Can Misses, que recordaba ayer su labor realizada. «Era un gran hombre. Fue el promotor de que surgiera el primer hospital público de Eivissa, el antiguo ambulatorio». Navarro rememora aquella época, en la que «éramos pocos y todo el mundo ayudaba, Vilás estaba a la cabeza ayudando a todos los que veníamos nuevos; siempre estaba al frente apoyando». Este médico anestesista le recuerda «muy campechano; siempre estaba trabajando y podíamos recurrir a él para cualquier cosa, lo apreciaba mucho».

Para el médico José María Tugués, que recientemente se ha jubilado, Vilás «fue un auténtico gentelman, un caballero de la medicina, un gran profesional». Trabajó con él en el antiguo hospital cuando Vilás era jefe de Cirugía. «Tengo un buen recuerdo de èl», confiesa esté médico que también trabajó en la Policlínica. «Era una persona razonable y muy sensata». Tugués también compartía con Vilas la afición a la náutica: «Recuerdo que estuve con él en el acto de reconocimiento al Club Náutico. El tiempo pasa volando», dice Tugués, del acto de Medallas d’Or de 2009, que recibió Julián Vilás, presidente del club náutico desde hace 25 años.

Además de su afición a la náutica, era un forofo del Atlético de Madrid, a la caza y a la pesca. Su dedicación a la sanidad de Eivissa ha sido reconocida en distinciones como el Ramón Llul, el homenaje del Colegio de Médicos por su medio siglo de ejercicio profesional y el Illes Pitiüses. Las reacciones al fallecimiento ayer de Julián Vilás, a las 82 años, en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Policlínica, no se hicieron esperar.

«Adelantado a su tiempo»

El empresario Abel Matutes, que estuvo ingresado en la Policlínica cuando era ministro de Asuntos Exteriores en la época de Aznar, lamentó ayer la muerte de Vilàs. «Era una de las pocas figuras dignas de admirar que quedaban en la Isla, un adelantado a su tiempo», señaló Matutes, quien destacó de Julián Vilás su «compromiso con los demás y el estar siempre dispuesto a ayudar a cualquier causa humanitaria». Matutes espera que las instituciones ibicencas reconozcan los valores «con una calle o una plaza». Cáritas Diocesana manifestó su dolor e hizo llegar a sus familiares los sentimientos cristianos de consuelo y esperanza, recordando que l familia Vilás aporta las comidas del comedor social desde 2009. El Grupo Policlínica recordaba ayer que el centro hospitalario, fundado hace 43 años «continúa desarrollando su actividad con una filosofía basada en dar la misma atención sanitaria en Eivissa que en otros capitales de provincia». Ahora son sus hijos, Francisco y Marta Vilás San Julián, los máximos responsables del grupo Policlínica que, además del hospital, cuenta también con Sa Residencia. Destacan también que su mujer María del Rosario San Julián «ha sido el pilar más importante de su trayectoria personal y profesional».

El Govern balear también mostró ayer sus condolencias por la muerte de Vilás, del que destacó su apuesta por la modernización y la innovación continúa en la sanidad. Julián Vilás, recibió en el año 2004 el premio Ramon Llull que otorga la Comunitat Autónoma.