Imagen de archivo de pasajeros en la terminal de Eivissa el invierno pasado. | Marco Torres

El próximo incremento de tasas aeroportuarias que prevén los presupuestos del estado (basado en el IPC de octubre más cinco puntos porcentuales) y que la asociación de aerolíneas ACETA calcula que dejaría al grupo de aeropuertos donde se encuentra Eivissa con unas tasas del 16% preocupa tanto a los ciudadanos como a las principales patronales.

Intervención

Desde la plataforma aérea IBZ explicaron que se trata de «una suma de restas». «Sube el combustible, suben las tasas, las aerolíneas reducen frecuencias y rutas y si no hay ninguna acción decidida para intentar regularizar por parte de Fomento no habrá solución», explicó Ramón Cisquella, portavoz de esta plataforma ciudadana. Cisquella tiene claro que si realmente suben las tasas al 16% las «islas menores», como Eivissa, Formentera y Menorca, «quedarán incomunicadas a efectos prácticos». «La administración tiene que intervenir y tiene que entender que esta intervención está justificada por la insularidad y por la falta de comunicaciones», expresó Cisquella, quien afirmó que la plataforma aérea IBZ y la plataforma ciudadana de Menorca han redactado un documento conjunto para demostrar a Fomento, al Govern y a los dos Consells de las Islas que otro modelo de declaración de servicio público entre islas es posible para así aprovechar las conexiones de Mallorca.

A esta preocupación ciudadana se suma la de patronales como la Federación Empresarial Hotelera de Eivissa y Formentera (Fehif) por los posibles efectos negativos, entre ellos, la pérdida de competitividad del destino. «Que se sumará a la reciente subida del IVA así como prácticamente todo tipo de tributos y tasas sufridos en los últimos años. Tenemos la sensación de que se está estirando demasiado la cuerda», explicó Roberto Hortensius, quien afirmó además que al tratarse de una isla donde la economía depende del turismo y, por tanto, de la conectividad aérea «nos tendrían que dejar al margen de estas subidas que ponen en peligro la viabilidad de algo tan sensible como el turismo en un mercado tan competitivo»