José Miranda
Al final (?) será el muelle comercial, tan cerca y tan lejos del centro de la ciudad, quien acogerá el tráfico entre Eivissa y Formentera. El Nixe lo ha envenenado todo. Sus propias virtudes, que las tiene, alejan del centro de la ciudad la «golosina» que el millón y pico de pasajeros anuales pueden ser para los negocios de la Marina. En primera instancia, era la opción que partía como favorita, pero escondía un regalo ‘envenenado’, el tráfico rodado, que ya nadie quiere ni querrá en la zona. El dilema de adónde llevar este tráfico está plagado de ‘bombas’ y no hay opción que no oculte un inconveniente del que se hablará en el futuro. Y mucho, ya lo verán. Eso lo saben todos, y Vicent Serra ha sido el primero en asumirlo en voz alta. Al margen de ello, y mientras no se materialicen, queda para la perpetuidad la torpeza que ha reinado en el desenlace. En el tiempo de la comunicación instantánea no costaba nada evitar esta ceremonia de la confusión, que sirve, además de para alimentar a la oposición, para que se dé la sensación de no haber acertado.

Daniel Azagra
Lo más cruel que le puede pasar a un equipo de gobierno municipal es perder la autoridad ante sus vecinos, sus votantes, sus socios y su propio partido político. La deriva en la que ha entrado el gobierno de Sánchez-Jáuregui es bastante preocupante y espectáculos como el que ha dado este fin de semana alimentan aún más esa sensación de desgobierno que está padeciendo el consistorio. No se entiende que una decisión tan importante como ésta se cambie en 72 horas y se culpe a la prensa por ello. La impresión que cala en la gente es que parece que al Ayuntamiento lo mismo le da que el tráfico de Formentera se ponga en un sitio o en otro, con tal de que no se me molesten mucho los ciudadanos. ¿Y si la decisión del muelle comercial no es bien recibida hoy por la opinión pública?, ¿optamos por la tercera opción, la de Botafoc? Por otra parte, hay que ver lo rápido que catalizan en Vila las reacciones de la opinión pública para cambiar de opinión. Ah, y el Consell, que también es parte importante en este asunto, se ha lucido con su intervención. Con amigos así, quién quiere enemigos.