Algunas de las cabezas de cabra que había sobre la casa de M.B.F.

El departamento d’Agricultura, Ramaderia, Pesca, Caça i Cooperació Municipal del Consell d’Eivissa confiscó ayer, de forma preventiva, 40 cabras de una explotación ganadera de Santa Gertrudis situada en el camino de Can Ramón a Sant Miquel y trasladarlas hasta el rancho Can Dog.

Según el Consell, esta intervención es el paso previo al inicio de un expediente sancionador a M.B.F., la persona que tenía bajo su responsabilidad a los animales, «por mantenerlas en muy mal estado de salud».

Sin embargo, el acusado aseguro a Ultima Hora que las cabras estaban perfectamente porque las alimentaba diariamente «de forraje verde, sacos de garbanzos, tomates y otras hortalizas» y que es «falso que no las tratara bien, porque eran mi vida y me llevaba dedicando a ellas más de cinco años».

Lo cierto es que el titular de los animales ya había sido objeto anteriormente de inspecciones e, incluso, de un expediente sancionador en materia de sanidad animal. «Es cierto que no hago las cosas como me piden ellos y que no tengo los papeles en regla pero no creo que nadie sepa más que yo de cómo cuidar el campo y a los animales», explicaba el acusado ayer a las puertas del Consell.

Informe en septiembre

Sin embargo, los inspectores del consell ya alertaron en septiembre de 2012 que las cabras no tenían comida y agua suficientes y que se encontraban en penosas condiciones de mantenimiento. Además, en dicho informe también se alerta de que en el lugar había cadáveres de cabras en descomposición y algunas cabezas de los mismos animales situados sobre el tejado de la vivienda de M.B.F.

En este sentido, el dueño de los animales aseguró que fue él mismo el que avisó a los veterinarios cuando las cabras murieron, presuntamente, envenenadas por el dueño de la finca en la que vive y que «lleva más de un año intentando echarle del lugar «a pesar de que he estado trabajando y manteniendo sus campos sin cobrarle nada a cambio».