La organización conservacionista Oceana apuntó ayer que considera insuficiente la actual vigilancia de la posidonia oceánica del parque natural de Ses Salines de Eivissa y Formentera porque sus técnicos «no tienen capacidad sancionadora para quienes infrinjan la ley y dañen esta planta protegida».

La organización informó que ha constatado daños a la posidonia, la presencia de centenares de barcos fondeados en zonas prohibidas y vertidos de aguas residuales sobre las praderas, mediante la vigilancia que ha establecido en el parque de Ses Salines durante los pasados meses.

Según Oceana, las denuncias diarias a la Conselleria d’Agricultura, Medi Ambient i Territori del Govern y a la Guardia Civil «han logrado que se mantuviese una atención informativa y política sobre el tema, obligando a que se tomasen medidas paliativas e impidiendo que las infracciones se llevasen a cabo con total impunidad».

Oceana recordó que la única vigilancia diaria en Ses Salines es la de los técnicos del parque, que se ha visto reducida por los recortes presupuestarios, e indicó que además estos vigilantes no tienen potestad sancionadora por lo que no pueden cursar denuncia alguna, sino únicamente advertir al patrón de la embarcación infractora.

Según la organización, este es el motivo de que solo se hayan cursado 12 denuncias por infracción en todo el verano, por el hecho de que la Guardia Civil y la policía no están de continuo en el Parque.

La entidad manifestó su satisfacción por el hecho de que el expediente que abrió la Comisión Europea tras sus denuncias por yates mal fondeados sobre posidonia, y que ha sido archivado, haya conseguido que la protección de esta especie «se convierta en una prioridad de la Conselleria d’Agricultura, Medi Ambient i Territori» del Govern.

El director de Oceana en Europa, Xavier Pastor, puntuzalizó que el archivo de la denuncia sobre los daños a la posidonia se basa en que la Comisión Europea «acepta como válidos los argumentos del Govern balear sobre el cumplimiento de la normativa», pero «no equivale a que esas afirmaciones coincidan con la realidad, como demuestra el material gráfico recopilado por Oceana y otras entidades».