La actividad en la mayoría de las floristerías de Eivissa fue frenética durante todo el día.

Hoy se celebra en todo el mundo católico el Día de Todos los Santos. Una celebración instaurada por el Papa Urbano IV en el año 1241 «para compensar cualquier deficiencia en la celebración de las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles», pero que desde hace mucho tiempo se ha convertido en el día escogido por multitud de familias para recordar y mostrar sus respetos hacia sus difuntos llenando de flores sus tumbas en los cementerios.

Por ello, ayer había que hacer acopio de material. Sin embargo, durante buena parte de la mañana esto no fue tarea fácil. Muchas de las floristerías de Eivissa registraron enormes colas poniendo a prueba la paciencia de muchos clientes. «Llevo más de una hora esperando mi turno para poder llevarme un ramo de margaritas para mi padre y aún me queda un buen rato», aseguraba María, una señora mayor en una de las tiendas de Vila.

En este sentido se podría decir que el Día de Todos los Santos plantó cara a la crisis económica. «Es un día especial y para honrar a mis muertos, que tanto guardo en mi memoria, no me importa gastarme unos euros aunque luego tenga que quitármelo de otras cosas», explicaba Julieta, otra de las mujeres que esperaba su turno en una floristería para llevarse dos ramos «copiosos» de rosas rojas, otro de lirios blancos y naranjas y, otro de claveles.

Cincuenta euros de media

Según estudios realizados otros años, cada persona se puede llegar a gastar unos cincuenta euros de media únicamente en ofrendas florales. «Aunque me parece que las floristerías aprovechan este día para subir un poco los precios no hay más remedio que invertir porque es de ley recordar a nuestra gente querida de la mejor manera posible y en un día tan señalado como éste», explicaba Toñi tras gastarse más de cien euros en tres ramos.

Por ello, las floristerías son las grandes beneficiadas de que nadie visite este día el camposanto sin llevar flores a los suyos. Sus dependientas o sus dueños no dan abasto y hablar con ellos es una labor realmente complicada. Por sus manos pasan miles de ramos con flores de todos los tipos, desde rosas a claveles, pasando por lirios, margaritas, crisantemos o clavelinas. «Es sin duda para nosotros el mejor día del año y con él cuadramos las cuentas de toda la temporada», explicaba una dependientas mientras envolvía a toda velocidad dos ramos de flores sintéticas.

Precisamente, cada vez más gente se decanta por este tipo de flores. Según otra florista, «aunque son más bonitas las naturales, con el mal tiempo enseguida se ponen mustias y eso, unido a que son algo más baratas y la gente mira cada vez más por su bolsillo, las está convirtiendo en las más demandadas por los clientes».