La presidenta de la FAPA, Conchi Romero, fotografiada este fin de semana.

Conchi Romero Alvarez es madre dos hijos, uno en la universidad y el más pequeño estudiando bachiller. Siempre ha estado vinculada a las Apas, primero en el Urgell y después en el IES de Sant Agustí, por lo que ya tenía experiencia en este mundo aunque reconoce que este año y medio al frente de la Federación de Padres y Madres de Alumnos de Eivissa «ha sido movidito».

—¿Cómo valora la asistencia de los padres a la concentración de protesta que se llevó a cabo el martes pasado por los recortes?

—Podíamos haber ido muchos más porque quienes realmente podemos tener más peso son los padres. Había padres de varios municipios pero podíamos ser muchos más. Hago un llamamiento a los padres para que sean conscientes. Evidentemente que lo que reivindico lo hago por mis hijos pero también por los demás.

—¿Cree que los padres no están lo suficientemente concienciados de la situación?

—Creo que no. A los padres lo que nos pasa es que vemos las cosas cuando nos toca directamente y no se dan cuenta que es una repercusión a largo plazo.

—¿Cómo está afectando los recortes en el día a día de las clases?

—Con las ratios que vemos que son más numerosas, las bajas de los profesores no se cubren y eso es nefasto para secundaria, la ayuda de la reutilización de los libros de texto se ha reducido mucho, los programas de refuerzo son muy necesarios por la diversidad del alumnado y en necesidades especiales ha habido un recorte bestial.

—¿Cómo fue la reunión celebrada la semana pasada con la delegada de Educación, Belén Torres?

—Fue larga y tendida. Torres nos expuso los que había hecho y los padres la estuvimos escuchando hasta que ya decidimos hablar de lo que no se ha hecho, lo que se ha recortado y no nos parece bien. Le agradecemos a la delegada haber ido y dar la cara.

—Desde la delegación de Educación se ha asegurado que no se ha aumentado tanto las ratios.

—En el primero de Bachiller del IES Xarc hay 36 alumnos, y en cuarto 30. Hay aulas hasta en los pasillos. Los recortes se notan en todos los lados pero en el Xarc es agonizante. Estamos así diez años. Hay muchos alumnos y no hay otro en Santa Eulària. En Sant Antoni han inaugurado un instituto y queda bien. En Sant Josep hay dos institutos en el municipio pero en Santa Eulària sólo uno.

—También en Santa Eulària están pendientes de la ampliación de Santa Gertrudis.

—Nos han asegurado que iban en el mismo convenio pero la delegada nos ha indicado que empezará primero la ampliación de Santa Gertrudis. Nos parece un agravio comparativo que se firme el IES de Marratxí y que nosotros estemos con el agua al cuello.

—¿Y cómo está la situación en el resto de municipios?

—Tenemos pendiente Es Pratet y Sa Bodega. En Sant Jordi es muy importante que hagan el cableado, el Urgell se está arreglando pero en Cala de Bou hace falta un colegio. En Sant Josep están al límite y deberían empezar a pensar dónde ubicar el colegio de Cala de Bou. En Sant Antoni se ha inaugurado un colegio y un instituto, eso está bien, pero el panorama de Eivissa ya sabemos cómo está.

—¿Hay un compromiso en hacer un colegio en Cala de Bou?

—Sé que en Sant Josep hay una partida presupuestaria para adquirir un terreno. Hay un solar público que Sant Josep está dispuesto a cederlo pero se está mirando también otra alternativa.

—¿No trata por igual la Conselleria a todas las islas?

—No, no. Tenemos deficiencias en cuanto a infraestructuras y servicios complementarios muy graves en comparación con las otras islas. Mientras en Eivissa hay un 36% de comedores escolares; en Menorca, con menos población, hay un 64%, y en Mallorca, un 82%. En Eivissa se ha creado empleo y se ha dado dinero a la Comunidad pero no no recibimos por lo que damos. Desde el Govern nos dicen que no hay dinero pero llama la atención que hagan un concierto en el Parc Bit con un colegio del Opus. No nos parece bien que el dinero público se vaya a un colegio privado y, encima, sexista.

—¿Qué le parece el argumento de la Conselleria d’Educació de que no hay dinero?

—Si no hay dinero que no hagan el del Opus. Nos estamos volviendo muy atrás con la excusa de que no hay dinero. Por cierto, nos parece muy feo que el presidente del Govern haya recibido a miembros de la Confederación Católica de padres de alumnos mientras nosotros, la COAPA, pedimos hace un año y medio una reunión con él y todavía no nos ha recibido.

—Con su apoyo a las últimas protestas por los recortes, ¿están siendo los padres cada vez más críticos con la administración?

—Si estamos más activos es porque hay un problema real. Vemos con incertidumbre la educación de los niños pero, sobre todo, los más pequeños. ¿Hasta cuándo vamos a decir que no tenemos dinero? La educación nos afecta a todos. Argumentan que son las partidas más grandes porque son los que más usuarios tiene pero eso no es ningún argumento. Los nacimientos son los que son y se sabe que en tres años van a necesitar un colegio. ¿Por qué no se tiene esa previsión? Dicen que hay movilidad de la población, pero yo llevo 22 años en el mismo sitio. Sería mucho más fácil tener una planificación.

—¿Cómo está la situación del Consell Escolar?

—En el autonómico quitaron consejeros y pensamos que la escuela pública no tiene suficientes. Seguimos apostando por el diálogo, que se retome el pacto educativo y las mesa sectorial de educación. Que no haya imposición, que los consejeros puedan elegir al presidente del consejo escolar para evitar decisiones arbitrarias y ser así partidistas ya que el presidente es nombrado por el político de turno.

—¿Qué le parece la nueva ley de mejora educativa?

—Hay cosas que veo bien como que un niño con 14 años pueda ir a la FP, porque algunos no quieren seguir estudiando y se pueden dirigir allí. En cambio lo de las reválidas creo que se ha hecho para que el informe Pisa no diga que somos tan malos. De todas maneras nos parece mal que no se cuente con la comunidad educativa para hacer la ley. ¿Dónde ha quedado el pacto educativo? En papel mojado.

—¿Con la crisis habéis detectado casos de padres que no pueden pagar los libros de texto a sus hijos?

—No, si un padre se encuentra en esta situación supongo que el protocolo a seguir es ir a asuntos sociales y se encarga de eso. Sigo apostando por el banco de libros, que es gratuito. ¿Cambia tanto un libro de Matemáticas para que lo tengan que cambiar tan a menudo? Creo que no. Es un tema económico. Las matemáticas son las que son.

—¿Ha generado conflicto la elección de la lengua?

—Desde FAPA apostamos por el bilingüismo. Eso es una cortina de humo para que no veamos lo más importante, todos los recortes que han hecho. Ha hecho que haya una confrontación social que no debería haber existido. Más o menos lo que quieren decir es que se apañe cada cual y eso no es así. Si quieres implantar un modelo hazlo bien, con una partida presupuestaria, unos profesores y con una directriz. Se han gastado 28.000 euros en enviar dos cartas a los padres y al final nadie está contento.

—¿Contáis con el apoyo de otras instituciones, como ayuntamientos y Consell, por la situación de la educación?

—Los ayuntamientos palían a veces las carencias que tenemos desde Conselleria pero me pregunto si los diputados luchan por mejorar la conectividad aérea. Tenemos menos vuelos que nunca. ¿Estamos luchando por ello? El año pasado se pagaban 35 euros y este año, 120 euros. No veo que nuestros políticos estén luchando con uñas y dientes para mejorar las conexiones aéreas. Sin hablar de las becas a universitarios. Este año es una barbaridad lo que han subido las matrículas universitarias, que reflexionen qué familias podrán pagar a sus hijos los estudios universitarios si solo trabaja uno de ellos.

—¿Cuál va ser la próxima reivindicación de la FAPA?

—Vamos día a día porque siempre hay sorpresas y vamos improvisando. Nos preocupa mucho que haya algunas bibliotecas que están a punto de cerrar. Estamos pendiente de tener una reunión con los concejales de educación de los municipios afectados.