Fueron muchos los pequeños y mayores que acudieron ayer por la mañana a la pista de hielo durante su primer día de funcionamiento. Incluso, algunos acudieron en familia.

Cientos de niños y mayores pasaron ayer por la pista de patinaje recién inaugurada en la Plaza de Antoni Albert i Nieto de Eivissa. Y a ninguno de ellos les importó lo más mínimo que ésta no fuera de hielo sino de unas placas de un plástico especial muy grueso al que se le echa silicona líquida para que los patines deslicen. El único objetivo era divertirse lo más posible en un día de fiesta.

Incluso alguno que otro de los visitantes agradeció la falta de hielo. «Ahora todo será mucho más cómodo y divertido para los niños y no como cuando hace unos seis años se instaló una pista en sa Bodega de hielo de verdad que estaba siempre en mal estado», aseguraba Juan Antonio, mientras veía a sus pequeños hacer diabluras con los patines.

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