Reconocer las mejores sobrasadas no fue una tarea fácil para los miembros del jurado.

Desde ayer, el 6 de febrero se podría bautizar como el día del homenaje a la sobrassada pagesa. Si por la mañana la Asociación de Carniceros celebró una cata de 15 ejemplares para profesionales en la sede de Pimeef por la tarde fue el Centre d’Exàmens de Conduir del Consell d’Eivissa el que tomó el relevo.

Durante unas horas el lugar se convirtió en el epicentro de la sobrasada ibicenca. En este caso la idea era seleccionar los ejemplares de este producto que se enviarán al Centro de Investigación de Tecnología Agroalimentaria de Aragón para poder determinar las particularidades de la sobrasada de las Pitiüses y, en un futuro, crear una marca propia diferenciada.

Pero no fue una tarea fácil. En total se presentaron 17 ejemplares, entre artesanales y comerciales, de los que los sólo podían quedar 15. Y además, si el sistema de selección era una cata muy subjetiva pues la cosa se complicaba aún más. «Esto es muy difícil porque en cada casa se hace de una manera y con unas características especiales y a cada uno de nosotros nos gusta de una manera», aseguraba Vicent Planells, uno de los catadores.