El ‘plan maestro’ del proyecto de excelencia de Platja d’en Bossa fue presentado ayer por la familia Matutes casi al completo junto a directivos de la empresa. Abel Matutes Prats, hijo del empresario Abel Matutes y vicepresidente ejecutivo del grupo, anunció que el plan será «la consolidación de Eivissa como perla del Mediterráneo». Según destacó, entre los «pilares estratégicos» del proyecto se encuentran «la desestacionalización de Platja d’en Bossa», que espera que sirva de ejemplo y que en el futuro «pueda arrastrar a otras zonas de Eivissa». También se busca que Platja d’en Bossa se convierta «en un núcleo atractivo no solo para los turistas sino también para los residentes». «Vamos a ser el primer sitio maduro que está siendo reposicionado en el cuál prácticamente toda la oferta va a ser cinco estrellas. Esto no ha sucedido en ningún sitio no diría de España sino de Europa, y pretendemos que Platja d’en Bossa sea el primero», indicó Matutes Prats.
En concreto, el plan tiene una extensión de 767.049 m2 y prevé la ordenación de diez parcelas que combinan un frente hotelero consolidado con los nuevos equipamientos en zonas actualmente «degradadas».
Según explicó uno de los directores del grupo, el arquitecto Alejandro Hernández, el plan se organizará en un circuito de cuatro rotondas y en el núcleo estará el centro comercial que tendrá una superficie alquilable de entre 40.000 y 55.000 m2, que contará con 3.000 plazas de aparcamiento libre.


El golf ‘executive’

El proyecto continúa con el campo de golf de 18 hoyos que, según destacó el director general del Palladium Hotel Group, Jesús Sobrino, será de «uso público y ocupa la mitad de la superficie» del proyecto anterior. «Lo redujimos para hacer un campo de golf ‘executive’, que quiere decir que en lugar de tardar cuatro horas en jugarlo, se juega en dos horas», añadió.
Sobrino agregó que la construcción del campo «no implica deforestación, porque ya es una zona degenerada» y anunció que albergará «una escuela de golf». Entre otras características, el campo se regará con «agua tratada en la depuradora» y estará rodeado por 45.000 m2 de zona verde que lo separan del Parque Natural de ses Salines. También contará con una promoción de 58 viviendas de alta calidad.
Otra de las propuestas del plan es el traslado de las naves ubicadas en primera línea (junto al Space) así como de la oficinas centrales del grupo. Las mismas se llevarán al extremo este de la parcela en un parque empresarial de 26.600 m2. Todos los nuevos equipamientos se unirán a través de un carril bici que recorrerá en «forma de espina dorsal» todo el ámbito, a lo que se sumará un paseo peatonal junto al campo de golf.
El proyecto está en «una localización estratégica» ya que se ubica junto a la autovía del aeropuerto, una cercanía con la terminal ibicenca que también provoca que su diseño dé importancia a lo que en arquitectura se conoce como «quinta fachada», es decir, con un diseño especial enfocado a «la foto área», ya que Platja d’en Bossa «es la primera imagen que ve el turista a su llegada y la última cuando se va».
Por su parte, Carmen Matutes, destacó que entre las grandes cifras del plan se encuentran «50.000 m2 de viario público que no existe en la zona, 56.400 m2 de áreas verdes que se regeneran y se ceden, y 135.000 m2 de espacios libres».