El Plan de Excelencia para Platja d’en Bossa ha caído como una bomba entre los ecologistas de la Isla, ha despertado los recelos de los comerciantes de la Pimeef, ha generado dudas y también rechazo en la oposición y se ha puesto definitivamente en contra a los partidos minoritarios de la izquierda como ExC. Las reacciones al macro proyecto, que prevé una inversión de 300 millones de euros para reconvertir 77 hectáreas ubicadas al sur de Platja d’en Bossa, no se hicieron esperar y tienen dos puntos especialmente polémicos: la construcción del golf, por su ubicación en el entorno de protección del Parque Natural de ses Salines, y el complejo comercial de 55.800 m2, que ha despertado la desconfianza de los comerciantes de la Isla.

El vicepresidente de la Asociación de Comerciantes de la Petita i Mitjana Empresa (Pimeef), Alfonso Rojo, aseguró que este proyecto les ha «descolocado mucho» y anunció que el martes, en una reunión de la directiva, la patronal adoptará una postura oficial al respecto. Aún así, recordó que la posición de Pimeef «siempre ha sido potenciar el comercio de proximidad y que la gente compre, pasee y disfrute en las ciudades». «Si desplazamos toda la actividad comercial y lúdica fuera de los centros urbanos nos encontraremos con calles vacías, farolas a media luz y con todo obsoleto», afirmó. En cuanto a la «vía rápida» que pide el empresario Abel Matutes para tramitar su proyecto, Rojo recordó que «aunque están en su derecho de pedir, todos tenemos que circular con las mismas normas, los grandes y los pequeños», sentenció.

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