José Manuel Alcaraz defiende su gestión y contrarresta las críticas sobre su cargo.

—Su nombramiento como delegado del Govern balear tuvo bastantes críticas, ¿cree que estuvieron justificadas?

—No. son críticas políticas que en un debate político pueden estar, pero no están justificadas teniendo en cuenta que antes de ser nombrado había todo un listado de delegados de Eivissa y Formentera. El Govern de José Ramón Bauzá tuvo la delicadeza de separar esto porque antes eran todos ibicencos, todos. El Govern ha reducido a la mitad todos los altos cargos en esta legislatura.

—Teniendo en cuenta que estamos en un momento de crisis y que las inversiones están paralizadas...

—Por eso se han reducido los altos cargos a la mitad.

—Pero con las inversiones paralizadas, ¿cree que es necesario tener esta figura de delegado del Govern?

—Repito que antes había una serie de delegados, que eran doce. No se están creando cargos sino que se han racionalizado los que había. Que la gente sume y que haga cuentas de los once o doce que había en la pasada legislatura a los que hay ahora y verá todos los que se ha suprimido.

—¿Cuál es su valoración de su trabajo como delegado del Govern?

—Desde el principio dejé claro que, aparte de las críticas de Gent per Formentera y del partido socialista, mi intención era colaborar con ellos porque no hay más remedio, porque los ciudadanos de Formentera es lo que buscan y más en estas épocas: que los políticos colaboren en todo lo que es posible y esta es mi intención. Aparte del juego político que pueda haber en determinadas discusiones en los temas relevantes tenemos que poder colaborar y dialogar, y así ha sido. Ellos me han venido a ver para determinados problemas y yo los he ido a ver para otras cuestiones que podíamos solucionar conjuntamente. Y gracias a esta colaboración se tiran proyectos adelante, que alguno de ellos estaba en cajones. Espero que la colaboración institucional siga estando en el resto de legislatura.

—¿Cuáles son esos proyectos han estado dentro de cajones?

—Hay varios como la red de agua potable y el saneamiento en es Caló y la Mola o la reforma de la desaladora, que da algo tan básico como agua. No es que estuviera en el cajón, es que no estaba y teníamos una desaladora que había acabado su vida útil hacía años, no estaba amortizada. Da problemas de abastecimiento en verano y no llega a cubrir la demanda que hay. El proyecto del local del SOIB, que ahora critica el Consell, lo tenían parado, hace cuatro años que se empezaron las obras y cuando yo llegué estaba paralizado. Se debían más de 100.000 euros al constructor y no daban ni el boletín de la luz ni el del teléfono y no se podía acabar el local. Otro tema importante es el de la posidonia. La gente se llena la boca y parece que antes no sabía lo que era y barcos fondeados en la zona de ses Illetes hay desde hace veintipico años de forma masiva. Y ahora resulta que parece que el problema está desde que gobierna el PP y gracias a la colaboración institucional se ha tirado adelante un proyecto que también estaba en el cajón. Ha sido este gobierno el que ha puesto las boyas ecológicas y no solo eso sino también otra serie de instrumentos que se han presentado durante la pasada temporada y que de cara a este verano se seguirán implantando medidas en la zona del Parc Natural y no nos quedaremos parados. Además, como delegado del Govern lo primero que hice fue pedir una reunión con el Ministerio de Medio Ambiente, aunque no sea una competencia del Govern, y gracias a las gestiones de Pepe Sala y Enrique Fajarnés el ministerio se comprometió a tener una consideración especial y específica para Formentera en la reforma de la ley de costas que iba a hacer. Se tuvo en cuenta a Formentera y nuestra aportación fue importantísima.