La primavera la sangre altera dice el refrán popular. Lo que realmente se altera, con la llegada de la nueva estación, son las alergias (especialmente las respiratorias), las depresiones y la llamada astenia primaveral. El 30 % de la población balear tiene algún tipo de enfermedad de origen alérgico.

La alergia al polen es una de las más comunes, se trata de una reacción excesiva que se puede dar en el organismo en determinados casos frente al contacto o exposición con el polen de las plantas, cuando las plantas desempeñan la polinización.

Generalmente, los síntomas de la alergia al polen son: congestión nasal, estornudos, irritación en los ojos y dificultad respiratoria. Normalmente se trata con el uso de antihistamínicos o descongestionantes, aunque también se puede optar por la fitoterapia que reduce los efectos colaterales de algunos de estos antihistamínicos o descongestionantes.