El concejal Enrique Sánchez durante su intervención, en la que se empleó a fondo en su ataque.

La alcaldesa Marienna Sánchez-Jáuregui quiso dar ayer clases magistrales de periodismo y comunicación, pero lejos de eso hizo un alegato surrealista e inverosímil de la situación. Vino a defender el pago al semanario Prensa Pitiusa apuntando que está «demostrado que una noticia vista en los diferentes medios de comunicación no parece la misma noticia». Pues bien, la alcaldesa debería saber que esto es lo que tiene la libertad de prensa que se resalta el hecho que a cada periodista le parece más curioso. Siempre recurriendo a la veracidad y a la objetividad. Cosa diferente será si se paga por una información. Clamaría al cielo si, encima, no es del agrado del pagador. Jáuregui continuó atacando al mensajero y apuntó que los periódicos «no son palabra de Dios». ¡Aleluya! le faltó cantar. No somos palabra de Dios, que para eso ya está la Biblia y toda la parafernalia eclesiástica [con todos mis respetos], pero creo que los medios sí son la voz vehicular para dar a conocer a los ciudadanos cómo algunas administraciones gestionan el dinero de sus contribuyentes. En estas clases magistrales sobre comunicación, la primera edil también tuvo su momento y, a pesar de que siempre ha hecho gala de su condición de legalista, se inventó una nueva normativa: la ley de comunicación balear. Ante esta creatividad, el socialista Enrique Sánchez se ofreció hasta a pagarle la minuta para encontrar ese texto normativo.

El pleno de ayer dejó clara la fragilidad en la que se mueve este equipo de gobierno a pesar de que los dirigentes digan todo lo contrario. Tanto es así, que el concejal ‘díscolo’ Juan Daura se marchó del Consistorio, raudo y veloz, una vez finalizada la sesión sin esperar a nadie. En el receso que se hizo prefirió conversar con los regidores del PREF que marcharse a otro lugar con sus compañeros de partido y también se le escapó alguna sonrisa maliciosa mientras su ‘jefa’ intentaba dar explicaciones. Pero no fue el único. Al ‘díscolo’ por excelencia, Nacho Rodrigo, también se le escapó alguna que otra risa disimulada. Eso sí, Rodrigo no dudó en cruzar cuatro palabras serias con la portavoz Pilar Marí en el momento que se debía aprobar la creación de la comisión.

Tal fue la solemnidad que quiso ofrecer la alcaldesa en todas sus intervenciones que llegó a decir que a ella la habían elegido los ciudadanos de Eivissa y Formentera. Olé. Si no tenía bastante con la que está cayendo, ahora intenta arramblar con los ciudadanos de la isla vecina. Y eso que se la ha jugado con el tema de la reordenación del puerto.

El que dio ayer una lección fue el socialista Sánchez Navarrete. Realizó una defensa de la legalidad con mucho respeto, pero añadiendo gotas de humor y sarcasmo. Entró a hacer daño a los máximos dirigentes. Y lo hizo. De hecho, después de más de una semana, provocó que Lina Sansano rompiera su silencio. Como actor, le atribuyó a la alcaldesa el hacer el payaso, o lo que es lo mismo de ‘clown’ además de improvisar. La tildó de ser San Pedro al negar hasta en tres ocasiones al concejal Juan Daura durante la Semana Santa y recordó todo aquello de la transparencia, el cambio de rumbo y la austeridad mencionados por Jáuregui en su discurso de investidura. «Tiene guasa», exclamó Sánchez.

Ayer en el pleno no faltó ni el apuntador. Bueno sí, el del Partido Popular. Y es que si bien el PSOE-Pacte movilizó a todos los suyos, los populares no contaron con ningún fan incondicional entre el público. Eso sí, trajeron a unos agentes de la Policía Local, vestidos de paisanos, no fuera que los ‘progres’ se descarrilaran. Y es que en más de cinco horas de discusión pueden pasar muchas cosas.