«Si quieren ver caos en Eivissa que nos trasladen el 1 de julio, van a ver un show guapo y bonito». Así de contundente se mostró ayer el presidente de la Asociación de Empresarios de Transporte Regular de Pasajeros por Carretera (Apebus) y propietario de Autobuses San Antonio, Alfonso Ribas, sobre el decreto de apertura de la estación del Cetis firmado por la alcaldesa Marienna Sánchez-Jáuregui a una semana de hacer oficial su renuncia, y que ordena la puesta en marcha de la estación en un plazo máximo de un mes, en el inicio de la temporada alta.

Para Ribas, trasladar los autobuses de la parada de Isidor Macabich al Cetis en pleno verano «es una aberración» porque quedan muchas cuestiones que concretar antes de llevar a cabo la operación. «Ni hemos visto un plan de actuación ni de movilidad, de cómo entrar, cómo salir, cómo organizarán el tráfico, qué circuitos tenemos que hacer. Se habla muy alegremente pero todo esto necesita estudios, conformidades; necesita mil cosas», añadió el empresario, que recordó que los transportistas consideran que la estación «no es operativa ni práctica» y que el traslado afectará al servicio. «En vez de tener una salida cada quince minutos, igual tenemos que regresar al horario de invierno y hacerla cada 30 minutos, esa será la primera mejora que habrá», ironiza Ribas.

Para el presidente de Apebús ahora «hay que esperar acontecimientos y hay que ver los pasos que da el Consell», institución que tiene las competencias en transporte y que debe ordenar el traslado. En todo caso, Ribas advierte de que el traslado supondrá cambios en las «condiciones esenciales» y en la «estructura de costes» de las concesiones de las líneas. «Hay mucha temática a discutir», añadió.