Imagen tomada la semana pasada de yates fondeados en Cala Jondal.

El grupo ecologista GEN-GOB denunció ayer que ninguna autoridad vela por el cumplimiento de la normativa en materia de vertido de aguas residuales desde los yates recreativos en Eivisa, de manera que el intenso tráfico náutico convierte las playas ibicencas «en alcantarillas» durante el verano.

La entidad conservacionista alertó en un comunicado de que el exceso de embarcaciones, con miles de ellas durante el verano, y el «descontrol absoluto» sobre su conducta en el litoral ibicenco, «tiene graves repercusiones sobre el ecosistema y la calidad de las aguas».

El GEN consideró que el caso más paradigmático, por la importancia ecológica del ecosistema afectado, es el de las praderas de posidonia oceánica, que desaparecen a un ritmo acelerado en todo el litoral a pesar de contar, sobre el papel, con protección a nivel nacional e internacional.

La entidad ha constatado en diferentes puntos de la costa aún no urbanizados signos de aumento de presencia de materia orgánica en el agua de mar, con incremento sustancial de algas asociadas a este proceso de eutrofización, algo que atribuye a los desechos que generan las embarcaciones que fondean junto al litoral. «Este hecho se ha producido, como cada año, de forma paralela al incremento del número de embarcaciones fondeadas en estos puntos del litoral, que se cuentan por centenares cada día. Muchos de estos lugares, especialmente bahías cerradas, son utilizados como puntos de pernoctación de embarcaciones para evitar el pago de amarres y los fondeos ilegales se cuentan por miles independientemente de que qeuden vacíos puntos de amarres en los puertos», añadieron desde el GEN.