Maria Antònia Munar abandonó la Audiencia Provincial en el vehículo de la unidad adscrita de la Guardia Civil en el que fueron trasladados también a la cárcel otros como Bartomeu Vicens o Jaume Massot. La Sala le había notificado apenas un cuarto de hora antes el auto que ordenaba su ingreso en prisión. | Teresa Ayuga

Maria Antónia es desde las tres y media de la tarde de ayer una reclusa de la cárcel de Palma. La Audiencia Provincial aceptó la petición de la Fiscalía Anticorrupción de prisión provisional para la expresidenta del Parlament y ordenó la ejecución automática de la medida cautelar. Justo al día siguiente de la publicación de la sentencia condenatoria del ‘caso Can Domenge’, Munar fue trasladada por la Guardia Civil a la cárcel.

Los motivos con los que la Sección Segunda de la Audiencia justifican la drástica medida se fundamentan en la existencia de un riesgo de fuga al acumular ya once años y medio en condenas no firmes: «La persona de la señora Munar genera una elevada desconfianza en esta Sala», señala el auto. El principal argumento es la sospecha de que la expresidenta del Consell dispone de una gran cantidad de dinero negro. De nuevo, indica que el tribunal apreció la «verosimilitud» de la acusación de cohecho en Can Domenge formulada por Vicens y Sanahuja y señala que Munar habría recibido 2,6 millones de euros, de los que 600.000 habrían sido para ella y el resto para UM, «sin que exista constancia de que se hubiera ingresado en las arcas del citado partido».

La posibilidad de que Munar tenga dinero oculto que emplear en una fuga la refuerza el auto en que ha podido usar testaferros. «No sería la primera vez, pues por lo que le consta a esta misma Sala, en el caso Vídeo U se sirvió de una tercera persona y lo hizo entregando ella misma la cantidad de 300.000 euros de dinero negro», señala el auto.

Durante la vista, la propia Munar argumentó que no era posible su fuga dado su arraigo. En concreto, aludió a que es la persona encargada de cuidar de su madre de 85 años y que cuenta con hijo y marido residentes en Mallorca. Al mismo tiempo, aludió a que tiene que seguir controles periódicos y revisiones por el cáncer que sufrió. Si bien la Audiencia señala que esas razones pueden ser «a priori atendibles» considera que no descartan el riesgo de fuga: «Por cuanto la madre de la señor Munar podría ser cuidada por su hijo u otras personas en su ausencia, o incluso ingresada en un centro de mayores».

La Audiencia también valora que el panorama de Munar desde el punto de vista judicial es «desalentador y negativo» o incluso «desolador» ante la acumulación de causas en su contra. La Fiscalía presentó documentación que acredita su imputación o condena en ocho procedimientos abiertos en los juzgados. A ésta situación suma la de otros exdirigentes de UM que han ingresado o están a punto de entrar en prisión y teme que, ante esta situación, Munar pueda verse tentada a su vez a fugarse.

La única alternativa que la Sala reconoce que valoró frente al ingreso en prisión fue la de imponer una fianza de «muy elevada cuantía». En el auto se señala que se descartó esta opción «desde el momento en que la defensa de la señora Munar, ni esta última, han ofrecido la constitución de fianza alguna, insistiendo la señora Munar en que ya tiene prestada una fianza de 350.000 euros en otro procedimiento y tiene embargado todo su patrimonio para responder de otra fianza civil». De esta manera se descartó esa opción.

Tras celebrar la vista a las once de la mañana, la Sala citó a Munar a las tres para comunicarle el auto. Treinta y cinco minutos después entró en la cárcel.