Angel Crespo y sus compañeros del 061 en plena faena a bordo de una ambulancia. | AMANDA AGUADO

Verano no siempre es sinónimo de vacaciones. Para algunos servicios sanitarios del Área de Salud supone más carga de trabajo y problemas de espacio como Urgencias; diagnósticos complicados como Pediatría en el que el jefe de servicio reconoce que ha tenido que recuperar su inglés o un cambio drástico del tipo de paciente, como en Maxilofacial, en el que las intervenciones de pacientes de Urgencias por golpes se multiplican.

De hecho, mientras la cirujana maxilofacial Sheyla Sironvalle explica cómo aumenta el número de intervenciones urgentes en el servicio suena el teléfono. Es una urgencia y hay que echar un vistazo a un paciente que ha sufrido una agresión. Esta es la tónica diaria de uno de los servicios hospitalarios que da un giro respecto al tipo de paciente y los casos que atienden.

«En verano tenemos mucha más carga de pacientes que vienen por Urgencias, la mayoría por problemas de traumatismo derivados en parte del aumento de la población que hay en verano. Eso conlleva muchos más vehículos circulando por las carreteras, con mayor probabilidad de accidentes, sobre todo de motocicleta, pacientes que no llevan casco o los que llevan no cubren toda la cara, como los cascos calimero», dice el cirujano Sergi Janeiro, su compañero en el Servicio de Cirugía Maxilofacial. «Los calimeros protegen entre comillas porque van sujetos con una tira que en un golpe salta y no te protege nada», apunta la cirujana. Aumentan, también los pacientes con traumatismos faciales derivados de agresiones en la calle, muchos consumen alcohol u otras sustancias y terminan golpeándose o cayéndose que acaban en Urgencias.

La más típica es la de un puñetazo en la cara que suele provocar fractura mandibular. «Intentamos que los pacientes que vienen con heridas por traumatismo queden en el mejor estado posible. La mayoría son hombres y jóvenes», añade la doctora Sironvalle. En invierno no hay una edad definida, «pero en verano está entre los 19 y 30 años», apunta Sironvalle. La traumatología facial es una de las actividades que hacen pero se ve incrementada en verano por el aumento de la población y el consumo de sustancias que acentúa la agresividad. «Ocurre en todas partes, pero en Balears es mayor al ser un destino turístico. El cambio es más acentuado», asevera Janeiro. «Lo mismo en enero hacemos una intervención urgente al mes y ahora ocho o nueve», añade.

Maxilofacial sigue con el resto de su actividad, como los tratamientos oncológicos que no se pueden demorar, pero semanalmente se encuentran dos o tres fracturas. Entre su trabajo está la recomposición de las caras que han de realizar cuando hay fracturas de los huesos de la cara, que en Eivissa suelen ir acompañadas de lesiones intracraneales con lo que se han de remitir a Palma. La estética juega un papel pero hay órganos importantes como la deglución, la vista o el tacto que afectan.

De manera radical cambia el servicio de emergencias 061 con un aumento del número de servicios. «Depende de los meses, son el doble o el triple en agosto», dice Angel Crespo, coordinador de emergencias del 061 de Vila. De hecho, las ambulancias de soporte vital básico realizaron 370 servicios en agosto de 2012, más de diez diarios. En enero de ese año, una realizó 85 servicios y la otra, un centenar. El tipo de paciente y el servicio varia también según la zona: en Sant Antoni es un turismo joven de nacionalidad británica que es atendido por intoxicaciones y/o agresiones mientras que en Santa Eulària y Vila predomina el turismo familiar, aunque también más joven, pero con patologías relacionadas con las piscinas o playas.