El grupo ecologista GEN-GOB ha solicitado a las administraciones medidas urgentes para detener la degradación del litoral de Eivissa por la proliferación de barcos en verano y ha anunciado que pedirá al Consell que precinte las conducciones de aguas sucias de las embarcaciones para controlar los vertidos.

La entidad ha denunciado en un comunicado la insostenible masificación que está sufriendo el litoral de Eivissa por la masiva presencia de yates y veleros recreativos que realizan una creciente cantidad de vertidos contaminantes y de residuos que perjudican el medio marino, provocando «una degradación sin precedentes y sin retorno».

El GEN-GOB ha criticado que el tránsito y fondeo masivo de embarcaciones se está llevando a cabo «sin ningún tipo de respeto a la normativa vigente», de manera que la mayoría de los barcos «no utiliza los servicios de recogida de aguas residuales y de aceites, y muy pocos los de residuos sólidos urbanos instalados en puertos deportivos y clubes náuticos de Ibiza, sino que tira todo eso directamente en el mar, cerca de la costa».

Ante esta situación, el grupo ecologista ha anunciado que solicitará al Consell de Eivissa que aplique la orden FOM / 1144/2003, de 28 de abril, por la que se regulan los equipos de seguridad, salvamento, contra incendios, navegación y prevención de vertidos de aguas sucias de embarcaciones de recreo.

La entidad ha recordado que el artículo 24 de esa ley establece que «las Autoridades Portuarias y marítimas están autorizadas a precintar, mientras la embarcación permanezca en las zonas portuarias o protegidas, aquellas conducciones por las que se puede verter las aguas sucias directamente al mar o aquellas por las que se puede vaciar el contenido del depósito de retención de aguas sucias al mar».

Aplicar estos precintos sería la única forma de evitar los vertidos en zonas protegidas y bahías, según el GEN-GOB, y de que llegaran intactos a los puertos donde existen instalaciones para la descarga de aguas sucias.

El grupo ecologista ha reclamado también una estricta vigilancia del tráfico marítimo en el litoral para evitar comportamientos incívicos y ha recordado que hace solo unos días la playa de Sant Antoni sufrió un vertido de hidrocarburos de una embarcación, un suceso que no fue «un hecho aislado ni excepcional, sino una dinámica creciente».

También ha alertado del daño que producen los yates de grandes esloras al fondear sin control sobre praderas de posidonia oceánica en la costa de Puig des Molins o es Viver, que arrancan con las anclas, dañando de forma irreparable esta especie protegida.

Los ecologistas han subrayado el efecto «acumulativo» sobre el medio ambiente de estas actuaciones que son todas ellas contrarias a la ley vigente y que se producen mientras «los servicios de vigilancia, control, inspección y sanción siguen brillando por su ausencia y no hay la más mínima gestión del litoral».

El GEN-GOB considera que la situación que afecta a la costa de Ibiza y Formentera es excepcional y las autoridades locales «deberían instar a los organismos del Estado» a controlar los desmanes y evitar los abusos.